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La miastenia gravis es un trastorno neuromuscular autoinmune que ocurre cuando el sistema inmunológico ataca por error al tejido sano y el paciente pierde fuerza y se siente fatigado durante el día.
Según un estudio de la Unidad de Electrodiagnóstico y Enfermedades Neuromusculares, adscrita a la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional, su incidencia ha aumentado en las últimas décadas, siendo en general de 4,6 por millón, con una prevalencia de 61 por millón. Se encuentra con más frecuencia en mujeres jóvenes y hombres mayores.
El grupo de investigación, liderado por Pablo Lorenzana, director de la Unidad de Neurología, y por los profesores titulares de Electrodiagnóstico, Fernando Ortiz y Jorge Díaz, se ha ingeniado pruebas fáciles como el ice pack para diagnosticar esta enfermedad.
Esta consiste en aplicar un paquete de hielo en los parpados durante dos minutos, en pacientes con síntomas oculares. Se ha descrito una sensibilidad de entre el 85 % y el 89 % y una especificidad cercana al 100 % para esta prueba, que da como resultado una sensibilidad 70-95 % en miastenia generalizada y 50-75 % en miastenia ocular.
En el estudio se deben evaluar los movimientos oculares, la fatigabilidad con la mirada vertical, el cierre ocular forzado, el conteo vocal con la inspiración profunda, las características faciales en reposo y en movimiento.
El grupo se ha convertido en uno de los más avanzados en el país en el diagnóstico de patologías relacionadas con problemas en la médula, los nervios, los músculos y las uniones entre nervio y músculo.
Se trata de enfermedades como la esclerosis múltiple, más polineuropatías como los daños neurológicos, que disminuyen la capacidad de movimiento y sensibilidad.
En el 2002, se conformó este equipo de investigación, que empezó a ser apoyado por Colciencias en 2007, con el objetivo de estudiar las enfermedades neuromusculares, la mayoría muy frecuentes en las poblaciones de distintos grupos de edad.
Para síndromes compulsivos
El laboratorio de neurofisiología, en el que trabaja Jorge Díaz, cuenta con equipos de punta, como el de electrodiagnóstico, con el que también se realizan estudios de encefalografía y telemetría, muy útiles en pacientes que presentan síndromes compulsivos, tipo epilepsia.
Como explica el doctor Díaz, el estudio de electrodiagnóstico es posible ya que los nervios son muy parecidos a cables de energía que transmiten corriente desde y hacia el cerebro. Por eso mismo se puede transmitir un estímulo energético insertando un electrodo de aguja en el músculo, que permite diferenciar si la enfermedad del paciente tiene origen en el nervio, la columna o el músculo.
El equipo de electrodiagnóstico funciona con impulsos eléctricos conocidos como potenciales de acción motores y sensitivos, que analizan características como amplitud y duración, en las que si la reacción del músculo tarda en aparecer, se evidencia la presencia de la enfermedad.
Se aplica un estímulo energético en el nervio para estudiar la velocidad de conducción. El túnel del carpo, otra de las enfermedades más comunes en la población y cuyos estudios y avances también lidera el grupo de investigación, se evidencia mediante una obstrucción en el nervio, dependiendo del estado de la enfermedad.
A largo plazo, el grupo de investigación espera contar con otros equipos para adelantar estudios que actualmente no se hacen en el país, especialmente de estimulación cerebral magnética, que permitirán estudiar enfermedades como la depresión y los eventos de rehabilitación cerebrovasculares.