La U.N. contribuye a la seguridad alimentaria del país

Gracias al trabajo conjunto entre la Universidad Nacional de Colombia (U.N.), la Universidad McGill de Canadá y los agricultores, se han adelantado los proyectos de investigación: "Papas más nutritivas y calidad nutricional" y "Seguridad alimentaria para los escolares y sus familias en Bogotá y Cundinamarca", que buscan aportar a la seguridad alimentaria y garantizar los requerimientos nutricionales de la población.

Para esto se llevó a cabo una investigación participativa entre comunidades indígenas y campesinas de Nariño y la academia, que dio como resultado la producción y selección de tres nuevas variedades de papa amarilla con mejores rendimientos y cualidades nutricionales que la variedad comercial "Criolla Colombia".

Las nuevas variedades: Criolla Dorada, Criolla Ocarina y Criolla Sua Pa tienen hasta un 19 % más de hierro y 17 % más de zinc comparadas con las variedades comerciales de papa amarilla consumidas actualmente en el país.

Estos nuevos cultivares de papa son una opción sostenible para compensar las deficiencias de micronutrientes de la población colombiana.

Este proyecto para el desarrollo del sector rural involucra el trabajo de profesores de Ciencias, Ciencias Humanas, Medicina y Ciencias Agrarias de la U.N., en un trabajo interdisciplinario financiado por el Gobierno canadiense por medio del International Development Research Center y del Global Affairs Canada.

Además se han implementado estrategias de formación como las Escuelas Comunitarias de Agricultura Familiar (ECAF) para potencializar las capacidades de las familias y fortalecer la acción colectiva de las comunidades.

Actualmente se desarrollan 12 de estas escuelas en cinco municipios de Nariño: Túquerres, Pasto, Carlosama, Cumbal y Guachucal para que los pequeños productores de la zona se beneficien de las nuevas variedades de papa criolla al tiempo que mejoran sus procesos productivos, la formación empresarial y promueven la equidad de género.

En este proceso de formación han participado alrededor de 240 productores y 140 jóvenes están integrados a las ECAF. La estrategia ha fortalecido los saberes ancestrales y el tejido social de la región.

Los avances y resultados de las investigaciones fueron socializados en el taller internacional "Por una agricultura sensible con la seguridad alimentaria y nutricional: conocimiento al servicio de las políticas públicas", organizado por la U.N. y la Universidad McGill, en el que participan representantes de entidades del Estado, de las comunidades campesinas e indígenas, del sector empresarial, investigadores de la universidad canadiense, profesores y estudiantes.

Respecto al tema de debate del evento, Diana Muñoz, representante de la Embajada de Canadá en Colombia, llamó la atención sobre las cifras de la FAO, las cuales evidencian que más de 870 millones de personas en el mundo tienen muy poco para comer o sufren de malnutrición crónica.

"Este es el resultado de múltiples factores: crecimiento de la población; costos volátiles de los alimentos; transporte e insumos agropecuarios; economías inestables, y reducción en las inversiones globales en el desarrollo de alimentos y agricultura", agregó la doctora Muñoz.

Por su parte, Fabio Lozano Torres, asesor de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural de Cundinamarca, aseguró que el departamento cuenta con 116 municipios y tiene una inseguridad alimentaria del 36,8 % de acuerdo con la última encuesta de seguridad alimentaria y nutricional nacional.

Teresa Mosquera, docente de la Facultad de Ciencias Agrarias de la U.N. e investigadora principal del proyecto "Papas más nutritivas", comentó que entre los objetivos del taller está promover el diálogo intersectorial (agricultura, nutrición y educación), hacer sinergias entre los diferentes sectores y entregar resultados de investigación para promover el desarrollo de planes en las comunidades e implementar políticas públicas.