La reforma pensional se debe vincular a una reforma laboral, según académicos

La reforma pensional está ad portas de ser reglamentada, lo que implica detallar, entre otros asuntos, cómo se controlará el fondo de ahorro del pilar contributivo –que administrará el Banco de la República–, conformado por una parte de los recursos administrados hoy por los fondos privados, y el fondo común, a cargo de Colpensiones.

En este contexto, el semillero de investigación UNvesting, de la Facultad de Minas de la UNAL Sede Medellín, organizó un debate académico que reunió distintas visiones sobre el tema, con la participación de los docentes Alejandra Sánchez Vásquez, coordinadora de la Maestría en Actuaria y Finanzas de la UNAL Sede Bogotá, y Camilo Ignacio Coronado, exdirector del Departamento de Economía de la UNAL Sede Medellín, además de Sandra Cuartas, magíster en Administración de Negocios de la Universidad Latinoamericana S.C. (México), y Cristian Ramírez Sepúlveda, economista de la UNAL Sede Medellín.

Uno de los temas discutidos fue la pertinencia de implementar más controles y sanciones para las administradoras de pensiones. Según el profesor Coronado, “estas medidas serían insuficientes, sobre todo por el intento que existe de permear la independencia que debe tener el Banco de la República. Claro que hay que controlar y regular, pero también mantener la sana tradición que ha sido satisfactoria en Colombia para el sector financiero. En ese sentido, hay que blindar la gestión pensional de factores electorales o de naturaleza política”.

Por su parte, la profesora Sánchez señaló: “la pensión de vejez es un derecho constitucional, y en esa medida se deben aplicar normas que lo garanticen. Esta reforma estipula que, además de superar los rendimientos mínimos, las administradoras deben garantizar la mejor mesada posible, y si no lo hacen, no funcionan. Este es un cambio importantísimo porque este sector no es un negocio privado: presta el servicio de manejar recursos públicos”.

Más allá de las pensiones: ajustar otras problemáticas

Para el economista Ramírez, “la reforma es valiosa por cuanto busca resolver brechas de manejo y gestión. La estructura anterior estaba permeada por ineficiencias, corrupción y otros problemas producto de haber puesto a competir dos sistemas. Además, era importante revisar las pensiones altas –que llegan hasta los 32 millones de pesos mensuales– que han ‘desangrado’ al sistema, generado un pasivo que la población económicamente activa debe cubrir”, señaló.

Sin embargo, y pese a su importancia, los invitados coincidieron en que, además del sistema pensional, se deben ajustar otros ámbitos como el laboral y el tributario. “Hay que integrar acciones más inmediatas que garanticen la estabilidad macroeconómica, que disminuyan los impuestos al trabajo para estimular el empleo y que lleven a reducir el gasto, pues sin crecimiento económico y sin empresas innovadoras no habrá sistema pensional que funcione”, agregó el profesor Coronado.

Teniendo en cuenta que la reforma pensional responde a un mercado laboral de hace más de 30 años –es decir, las personas que hoy reciben una mesada son las que trabajaron tiempo atrás–, la profesora Sánchez agregó: “hay que pensar en el futuro, pero también en remediar lo que ya pasó, pues producto de ese mercado laboral hoy tenemos personas en extrema pobreza y una tasa de densidad de cotización de alrededor del 52 %. Por eso, mientras atendemos esto, hay que pensar en una buena reforma laboral para la actualidad, que garantice una estructura pensional ideal en el futuro”.

Uno de los aspectos que se debe atender es la equidad en el mercado laboral. “Nosotras tenemos tasas de empleo más bajas, y por ende tasas de pensión más bajas. De ahí que las reformas se deban hacer en distintos ámbitos, no solo en la disminución de las semanas, sino también en la garantía de mejores ingresos monetarios, pues según el DANE aún ganamos 6,3 % menos que los hombres”, añadió la magíster Cuartas.

Por su parte, el profesor Coronado resaltó que cada vez hay más hombres cabeza de familia, lo que sería un punto por enmendar a futuro. “También hay que tener en cuenta que los hombres tienen una expectativa de vida más baja, y que en ese sentido se debe pensar con más detalle en un punto en el que la reforma todavía flaquea: la pensión de sobrevivencia, que implicaría un gran costo para un país como Colombia”.

Una reforma para los vulnerables: reto a futuro

Los expertos reconocieron que el pilar solidario es una fortaleza de la reforma. “Su propósito es que casi 3 millones de personas salgan de la pobreza extrema. Estas no recibirán una pensión, sino una renta de 230.000 pesos. Aquí hablamos de personas que realmente no han tenido oportunidades, hay que atenderlas, pues nadie por deseo reduciría su costo de vida a esa cantidad de dinero mensual”, comentó la magíster Cuartas.

Sin embargo, este componente enfrenta retos, como la garantía de las cotizaciones de futuras generaciones. “Para solventar esto y otros retos, la nueva norma permite que cada 4 años se revisen parámetros como la tasa de reemplazo, de cotización, las edades, el número de semanas, el porcentaje de pensión de sobrevivencia, entre otros. En definitiva, permite ajustes según el contexto”, aclaró la profesora Sánchez.

Por último, los invitados resaltaron la importancia de promover espacios como este, que incentiven una discusión crítica e informada sobre los retos actuales, las implicaciones y las oportunidades que trae esta reforma para el país.