"Hoy tenemos una situación real de cambio climático y, por lo tanto, una nueva oferta ambiental que hace referencia a todas las variables que los sistemas productivos necesitan, y es necesario mirar cómo adaptarnos a esas nuevas características del clima".
Durante su intervención en la Cátedra Agraria, "Geografía de la producción agrícola colombiana", organizada por el Departamento de Ciencias Agronómicas de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la UN en Medellín, la experta señaló que no hay tiempo para esperar y que, a pesar del desarrollo del conocimiento avícola, urge "aprovechar algunas tecnologías como sistemas agroforestales, silvo pastoriles y otras prácticas agroecológicas".
Sólo así se podría contribuir al desarrollo del agro sin tener que recurrir a grandes transformaciones de las plantas como sería el mejoramiento genético para adaptaciones, dijo Forero Peña al señalar que las actuales condiciones climáticas y atmosféricas han cambiado el escenario agrícola en Colombia.
"Se esperaba que en zonas frescas, muy húmedas y hasta pluviales se aumentara la precipitación con el cambio climático. Pero lo que se ha visto y comprobado gracias a la estación climatológica del Centro Experimental de la Universidad del Tolima, es que el monitoreo de precipitación, temperatura y brillo solar ha cambiado. Antes oscilaba entre 25 y 27 grados centígrados. En éstos días no ha bajado de 30 grados centígrados y, además, antes llovía a diario y hoy sólo ocurre de dos a tres veces a la semana como máximo".
El IDEAM y el Ministerio del Medio Ambiente, con la participación de expertos de la UN, han hecho estudios en los que se ha comprobado que la temperatura de Colombia ha aumentado en medio grado centígrado y que el nivel del mar ha subido entre 3 y 5 milímetros. Adicionalmente, es evidente el retroceso de 10 a 15 metros en los glaciares colombianos por año, dijo la docente.
Ese indicador actualmente afecta a cerca de 1.7 billones de personas y, de acuerdo con las predicciones, de incrementarse el nivel del mar en los próximos cien años entre 9 y 88 centímetros más; al 2025, los afectados pueden ser más de cinco billones de personas.
Hasta 1990 la emisión de gases por efecto invernadero en Colombia se estimaba en 129 millones de toneladas/año de dióxido de carbono equivalente, es decir, el 0.3 por ciento de las emisiones mundiales.
Por estos efectos se requiere establecer las condiciones de vulnerabilidad que tienen los sistemas productivos, su riesgo y fijar planes de contingencia como el que asumió Fedearroz para preparar a sus productores con capacitaciones y establecer un plan concreto de cultivo bajo las nuevas condiciones.
"Es difícil en este momento poner al agricultor a experimentar, y por eso lo que se hace es mejorar las tecnologías que existen y ponerlas en práctica. Existe un paquete tecnológico con toda la precisión del caso. Por ejemplo, con preparación adecuada de suelos con abonos y materia orgánica; con biológicos para controladores y lo ideal es que la poca agua que hay "porque estamos con un déficit hídrico" se utilice racionalmente", indicó la experta.
Igualmente, es de esperar que en las actuales condiciones climáticas el cultivo se administre eficientemente en lo que tiene que ver con periodos de nutrición, manejo fitosanitario y de plagas y enfermedades, agregó.
Forero Peña animó a los estudiantes a reconocer las coyunturas climáticas y consultar las fuentes de información para relacionar las prácticas agrícolas. Además, celebró espacios académicos como la Cátedra Agraria, evento que en la próxima oportunidad tendrá como invitado al profesor Guillermo Vásquez Velásquez del Departamento de Ciencias Forestales de la UN en Medellín.
La sesión programada para este jueves 18 de marzo estará dedicada a La modificación del bioclima debido al cambio climático.