Jurisdicción Especial para la Paz, modelo de justicia transicional para el mundo
El profesor Leopoldo Múnera Ruiz, rector de la UNAL, abrió el evento asegurando que “la justicia transicional se puede concebir –según lo demuestra el caso colombiano– como una manera de rehacer los acuerdos sociales parciales y de movernos con esperanza en un escenario en el que los conflictos aún están vivos y son latentes”.
“Por ende, en sus conceptualizaciones y en su funcionamiento práctico, la justicia transicional está llamada a profundizar la democracia y a consolidar la paz con justicia social y ambiental”.
Mientras que en algunos países la justicia transicional se ha aplicado con una notable injerencia política que afecta la transparencia y el impacto de las decisiones, en Colombia la JEP mantiene su autonomía y opera bajo un principio restaurativo en el que las víctimas son protagonistas.
Esto significa que sus derechos a la verdad, justicia, reparación y no repetición guían cada paso del proceso, una prioridad que otros modelos han pasado por alto al relegar las necesidades de las víctimas en favor de otros intereses. La JEP se convierte así en un referente internacional al demostrar que una justicia transicional efectiva y legítima debe estar anclada en la independencia y en el reconocimiento pleno de las víctimas.
El abogado y político peruano Diego García Sayán, expresidente de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), expresó al respecto: “años de conflictos que generan, por supuesto, daños, víctimas que reclaman justicia, que reclaman resarcimiento, que reclaman reparación, han encontrado en Colombia un camino con la justicia transicional que ha avanzado paso por paso con decisiones, con búsqueda de acuerdos que puedan, primero, ser en sí mismos de avances importantes, y segundo, servir de referentes para que se decida así en casos semejantes”.
Afirmó además que “la implementación de la justicia transicional en Colombia ha sido un paso histórico hacia la conciliación y la reparación; lo que ustedes, colombianas y colombianos, han hecho con la justicia transnacional es un ejemplo para el mundo y creo que lo que convendría es seguirlo de cerca en otros lados, porque resuelve algunos de los temas importantes de la historia en materia de conflictos y de justicia”.
“Lo primero es la posibilidad de encontrar reparación. Aunque por supuesto nunca será la que las víctimas y su abrumadora mayoría esperarían, desearían y consideran justas, simplemente se van dando procesos de avance que tienen que ver con preparación individual, preparaciones colectivas, y prevención de que no se repitan situaciones de conflicto”, señaló.
La JEP se ha consolidado en Colombia como un pilar fundamental del proceso de paz, orientada a garantizar los derechos de las víctimas y a promover la reconciliación nacional. Este tribunal especial, nacido del Acuerdo de Paz de 2016, es la única jurisdicción en el país con la capacidad de investigar, juzgar y sancionar graves violaciones a los derechos humanos y crímenes de guerra ocurridos durante el conflicto armado interno.
La importancia de la JEP radica en su enfoque restaurativo, el cual busca no solo castigar, sino también reparar el daño causado, promoviendo la verdad y la responsabilidad. A diferencia de otros sistemas de justicia tradicionales, la JEP integra el testimonio de las víctimas y la rendición de cuentas por parte de los perpetradores, una combinación que ha demostrado ser esencial para la sanación social y la creación de un nuevo tejido de paz en Colombia.
Sobre la implementación de la justicia transicional, Mô Bleeker, asesora especial del Secretario General de Naciones Unidas sobre la responsabilidad de proteger, comentó: “soy testigo de la tarea que ustedes han desempeñado desde el día de su creación como sistema integral para la verdad, la justicia, la reparación y las garantías de no repetición. Me consta que en este momento Colombia está implementando el proceso de justicia transicional de la más grande calidad, holística e integral del mundo, desde su inicio y hasta su implementación. Felicidades y mis respetos”.
Dichos reconocimientos posicionan a la JEP no solo como una herramienta para la paz en el país, sino como un ejemplo global para lograr una justicia que priorice la reconciliación y el respeto por las víctimas.
Frente a lo anterior, Tecla Namachanja Wanjala, líder de equipo del Shalom Centre for Counselling and Development, (Kenia) se refirió y explicó que en un informe de la Comisión de la Verdad de ese país, publicado en 2013 y entregado al Gobierno, aunque se reseñan las atrocidades a las que fueron sometidas victimas de conflicto no fue posible una reparación. "Cuando por primera vez las víctimas iban a ser escuchadas, dadas las recomendaciones de este informe en donde se avisó que una cantidad importante de líderes del gobierno debían ser investigados por su participación, hasta el día de hoy esas solicitudes están atascadas en el Parlamento. Esas personas que tenían ciertas expectativas de reparación no las recibieron”. Lo anterior para entender la forma en cómo implementan la justicia transicional en otras partes del mundo.
Por su parte Habib Nassar, exdirector de Policy and Research at Impunity Watch, expresó que, “en Tunez, cuando el régimen fue derrotado, el interés de la comunidad internacional de ayudar logró una presión masiva de diferentes actores internacionales Para implementar la justicia transiconal, sin embargo las instituciones estaban debilitadas y no estaban listas para este cambio, lo que llevó a la comunidad a considerar que esta ley era una pérdida de tiempo".
En el caso peruano la implementación de este modelo no llegó a los mismos términos que en Colombia; Sofía Macher, presidenta de la Asociacion Civil Caminos de la Memoria señaló que cuando se da la transición se hace, diferencia de la colombiana, durante un cambio en el poder que tenia en el momento Alberto Fujimori. “El cambio no es por las víctimas sino por los actos de corrupción, ya que la cúpula de las Fuerzas Armadas están en la cárcel y no había otro remedio que aceptar lo que se estaba demandando desde la sociedad civil en cuanto a acusaciones de lesa humanidad”.
Para América Latina, una región marcada por conflictos y dictaduras que han dejado una herida histórica en la memoria de sus pueblos, la JEP representa una luz en el camino hacia la justicia transicional. También es una oportunidad para que el mundo entienda la importancia de la justicia transicional en contextos de posconflicto. Su impacto va más allá de las fronteras colombianas y señala una vía que otros países pueden seguir para transformar sociedades y reconstruir la paz desde el reconocimiento del pasado y el compromiso con la verdad.