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Juego de mesa disminuiría estigma sobre pospenados

    Por medio de esta estrategia lúdica, en la que cada participante caracteriza a personajes de diferentes clases sociales, un grupo de estudiantes de pregrado de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) les está enseñando a los habitantes de Bogotá a dejar atrás los prejuicios sobre las personas que han estado en la cárcel.

    Este juego, seleccionado por la Alcaldía Mayor de Bogotá para apoyar la tarea de facilitar la reinserción de expresidiarios en las comunidades, fue diseñado por las estudiantes María Paula Cortés, de Trabajo Social; Angie Sofía Pinzón Latorre, de Ciencias Políticas, y María Camila López, de Derecho, quienes forman parte del Centro de Pensamiento Pospenados (CDPP) de la UNAL.

    Su propuesta pedagógica fue elegida por el Distrito de Bogotá como una de las 18 “acciones para el desaprendizaje en la capital colombiana”.

    Según la Alcaldía, el proyecto fue seleccionado porque se constituye en una herramienta efectiva para enseñarle a la comunidad a dejar los estigmas y prejuicios que rodean a la población pospenada, lo que cuestiona los conceptos que rodean el ejercicio de la democracia de manera cotidiana, como la igualdad y la libertad.

    El juego, “Pospenados entre NO penados”, presentado por las estudiantes el pasado fin de semana en un taller en el Parque Bicentenario, consta de un tablero en el que, en vez de fichas, los participantes eligen diferentes personajes: unos con dinero, otros provenientes de hogares humildes, de diferente raza y entorno, y varios de ellos que ya han cumplido penas en cárcel por diversos delitos.

    “A cada uno se le da una cantidad de dinero inicial según su personaje, unos reciben más que otros, haciendo énfasis en el concepto de que no todos recorren el mismo camino con las mismas oportunidades”, asegura la estudiante Cortés.

    En los zapatos del otro

    Durante la actividad pedagógica, a cada jugador se le van presentando diferentes situaciones en las que tiene que pagar cierta suma para avanzar; la manera de asumirla o solucionarla es diferente y va según el protagonista. “Es una especie de Monopolio, pero cada participante tiene un rol”, explican las creadoras de la propuesta didáctica.

    “Por ejemplo, si una persona que tiene dinero estuvo en la cárcel, el costo para conseguir un empleo es diferente al pospenado que no tiene recursos. Ponemos situaciones de la vida real, que puede estar viviendo cualquier persona. Queremos que la ciudadanía comience a entender que los caminos de todos son diferentes, que las oportunidades y circunstancias de vida no son iguales”, puntualiza la estudiante Cortés.

    Las alumnas de la UNAL consideran que ponerse en los zapatos del otro es el primer paso para romper las barreras que tienen los pospenados y sus familias en su proceso de reincorporación a la sociedad.

    “Cuando una persona sale de la cárcel tendemos a ver solo sus delitos, el hecho de que estuvo presa, pero no vemos el contexto, su vida anterior; cada uno tiene realidades diferentes, y muchas veces ese rechazo de la comunidad aumenta la posibilidad de reincidencia”, precisan las creadoras del juego.