Jornada de reflexión en la UNAL, un encuentro para fortalecer a la comunidad universitaria

El evento, que forma parte de las actividades del Grupo Saber y Vida, comenzó con una ceremonia de armonización dirigida por el sabedor Jhon Alexander Orobajo, del pueblo Mhuysqa de Bosa, quien estableció el tono para una jornada que entrelazó sabiduría ancestral y conocimiento académico.

Gloria Inés Muñoz, coordinadora general del Grupo Saber y Vida, reflexionó sobre la importancia de crear espacios de diálogo y comprensión en la Institución: “la Universidad es un tejido vivo donde se entrelazan experiencias, saberes y emociones. Hoy más que nunca necesitamos construir una comunidad que se cuide y se apoye mutuamente, reconociendo el valor de cada uno de sus miembros", subrayó.

Diálogo interdisciplinar: participación de los tres estamentos y egresados

Uno de los momentos más destacados de la jornada fue la participación de estudiantes, docentes y administrativos, junto con egresados, pensionados, vecinos y padres de familia, quienes compartieron sus reflexiones y experiencias sobre la vida universitaria y los desafíos que enfrentan.

Camilo Talco Arias, estudiante de la Facultad de Ciencias Agrarias e indígena de la comunidad kankuama de la Sierra Nevada de Santa Marta, habló sobre sus vivencias como alumno proveniente de un territorio rural. Subrayó las dificultades que enfrentan los estudiantes de comunidades étnicas adaptándose a la vida en la ciudad y en la Universidad, destacando la falta de reconocimiento de sus identidades culturales y saberes ancestrales.

“Es crucial que la Universidad no solo nos acoja, sino que además reconozca y valore nuestras culturas y conocimientos y nos brindé un apoyo integral que abarque lo emocional, lo económico y lo académico”, afirmó.

El profesor Andrés Sicard Currea reflexionó sobre el papel de los docentes, destacando la importancia de trabajar en conjunto con estudiantes y administrativos para generar cambios significativos. Subrayó la necesidad de tener mayor sensibilidad y empatía en las interacciones diarias, recordando que la partida de estudiantes como Juan José Narváez Zapata nos deja con la responsabilidad de repensar cómo nos cuidamos unos a otros.

“Nos hace falta la sensibilidad del afecto sobre el efecto que produce el procedimiento institucional, que muchas veces se convierte en una trampa de formalidades que desatienden el cuidado humano”, destacó.

Sofía Cabrera, representante del estamento administrativo, habló acerca del papel crucial de los administrativos en la creación de un ambiente universitario que promueva el bienestar y la inclusión. Resaltó además la importancia de las decisiones que impacten positivamente en las regiones, la interacción constante entre los diferentes estamentos y la necesidad de humanizar la vida universitaria.

“Los indicadores de gestión deben ir más allá de las cifras, deben reflejar nuestro compromiso con la humanización de la vida universitaria y el cuidado de todos los miembros de nuestra comunidad”, puntualizó.

Aura Stella Niño, egresada y pensionada de la UNAL, ofreció una perspectiva invaluable sobre el impacto de la Universidad en la vida de sus estudiantes, tanto durante sus años de formación como después de la graduación. También reflexionó sobre cómo los lazos creados en la Institución trascienden el tiempo y se convierten en pilares para enfrentar los retos de la vida.

“La Red Intercultural y el Aula Viva son ejemplos de cómo la Universidad puede ser un espacio de vida, aprendizaje y solidaridad”, expresó la egresada, subrayando la importancia de la unión entre generaciones.

Homenaje a Juan José Narváez Zapata

En el evento se le rindió un sentido homenaje a Juan José Narváez Zapata, estudiante cuyo reciente fallecimiento ha conmovido a la comunidad universitaria. Las palabras de su padre y las reflexiones compartidas en su memoria subrayan la urgente necesidad de fortalecer las redes de apoyo para los estudiantes, especialmente aquellos provenientes de comunidades vulnerables.

La Red Intercultural y el Aula Viva: tejiendo comunidad

Durante la jornada se destacó el papel tanto de la Red Intercultural de Saberes Ancestrales y Tradicionales como del Aula Viva de Saberes como espacios fundamentales para el intercambio de saberes y la construcción de comunidad en la Universidad. Estos programas han sido vitales para muchos, ya que brindan un espacio seguro donde sus identidades y conocimientos son valorados y respetados.

Compromiso con el futuro: ciudadanos de la vida

La jornada concluyó con un llamado a todos los miembros de la comunidad universitaria a reflexionar sobre su rol en la construcción de un ambiente más inclusivo y solidario. Se enfatizó en la importancia de trabajar juntos para crear una universidad en la que todos, independientemente de su origen, puedan encontrar un espacio seguro y de apoyo.

En honor a la memoria de Juan José Narváez Zapata, y como un compromiso con el futuro, la comunidad universitaria se propuso convertirse en cuidadores de la vida, dedicados al cuidado mutuo, la protección del entorno y la construcción de una sociedad más justa y humana. Esta jornada marcó el inicio de un esfuerzo colectivo para hacer de la Universidad Nacional no solo un espacio de aprendizaje académico, sino también un verdadero hogar para todos sus miembros.

Agradecimientos

Extendemos nuestro más sincero agradecimiento a los directivos e instancias de Comunicación, Extensión y Bienestar que hicieron posible la realización de esta jornada de reflexión, así como el acompañamiento de la Asociación de Pensionados Administrativos. Su apoyo fue fundamental para el éxito de este evento y para sentar las bases de un diálogo continuo que fortalecerá nuestra comunidad en los años por venir.