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Medioambiente

Jardín Botánico de San Andrés resiste los embates del huracán Iota

    Aunque en el Jardín Botánico de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Caribe la fuerza del huracán arrancó 26 árboles, entre ellos algunas especies importantes que formaban parte del bosque insular, buena parte de la vegetación quedó en pie.

     

    Así lo informa el profesor Petter David Lowy Cerón, del Departamento de Biología de la Sede, quien fue clave para la consolidación del Jardín Botánico, el cual dirigió durante varios años.

    El docente considera que es necesario hacer unas valoraciones de biodiversidad muy rápidas en el Archipiélago, ya que la vegetación es el esqueleto de los ecosistemas terrestres.

    Destaca además que el Departamento de Biología y el Instituto de Ciencias Naturales (ICN) de la UNAL tienen una importante trayectoria en esa técnica, la cual sería relevante para hacer una evaluación y un inventario que puedan dar alguna idea de hasta dónde llegó la afectación en flora y fauna, especialmente en el caso de Providencia.

    En el caso del Jardín Botánico, considera probable que una parte significativa de la vegetación que quedó en pie también ayudó a resistir el embate de los fuertes vientos, evitando mayores daños en la infraestructura.

    “Mañana tenemos una reunión de urgencia para analizar cómo se une el Departamento de Biología para adelantar las evaluaciones rápidas y consolidar un proyecto transversal que permita determinar el impacto de lo que ha sucedido, además de algunas salidas que ayuden al Archipiélago en seguridad alimentaria, por ejemplo”, comenta el profesor Lowy, quien hoy se desempeña como director del Museo Paleontológico de Villa de Leyva, en Boyacá.

    Explica además que “en las fotografías se ve Providencia como una gran zona amarilla, en época de lluvia, lo que quiere decir que casi todo el follaje desapareció. Esto quiere decir que toda la capa vegetal fue arrasada por el viento y quedó quemada tras el paso del huracán Iota. Por eso es importante preguntarse qué pasó con la fauna del Archipiélago, como lagartos y cangrejos, entre otras de sus especies representativas.

    Conservación del bosque insular

    Es importante recordar que en general los jardines botánicos tienen tres funciones principales: la conservación, la investigación y la educación ambiental, y además tienen un turismo especializado que se mueve por el mundo visitando lugares similares.

    El Jardín Botánico de la UNAL Sede Caribe se centra especialmente en la primera función: la conservación del bosque insular. Con este propósito inició labores en 1997, y desde entonces ha venido trabajando sobre la vegetación que ya existía en el terreno, densificándola además con especies importantes para el Archipiélago.

    Entre las investigaciones más destacadas que se han desarrollado desde el Jardín Botánico de San Andrés se encuentra un inventario de la vegetación terrestre y marina del Archipiélago, liderado en 1990 por el profesor Lowy y su colega Jhon Nelson Díaz. En este estudio se reportaron 400 especies y se publicó un libro con 100 de las especies más importantes del Archipiélago. Esta ha sido la base para investigadores de la Universidad y del extranjero que trabajan temas relacionados con la flora de la región.

    También se han adelantado otras investigaciones en cultivos hidropónicos, además de varios proyectos sobre plagas que han infectado la vegetación del Archipiélago; estudios de suelos; y la representativa tradición del uso de plantas medicinales, entre otras.

    Con este panorama, el profesor Lowy también hace un llamado a la solidaridad y a tener en cuenta este espacio emblemático en el Archipiélago, referente de trabajo y de conocimiento sobre la flora regional.

    Tres días después del paso del huracán Iota solo se ha podido remover una pequeña parte de lo que se cayó, pues no se cuenta con suficiente mano de obra.

    El llamado es a que, una vez se adelante el rescate de las personas y sus viviendas, también se le pueda brindar apoyo al Jardín Botánico de la UNAL.