IPS, a cumplir con la norma ambiental en manejo de aguas residuales

El estudio, que se desarrolló en una IPS con 16 sedes en el país, analizó las aguas residuales de los servicios de odontología y laboratorio clínico, y concluyó que estas instituciones obtendrían un retorno de la inversión en 2,5 años a partir de la implementación de sistemas sostenibles, comparado con el costo actual de la disposición final de estas aguas.

Para el estudio de caso, los vertimientos de laboratorio para disposición final entregados en 2021 fue de 34.019 kg, con un costo anual de 30.617.100 millones de pesos.

Con base en la norma sobre vertimientos a aguas superficiales y a los sistemas de alcantarillado público (resoluciones 631 de 2015 y 1256 de 2021 de Minambiente), la estudiante Katherin Amparo Orozco, de la Maestría en Ingeniería Ambiental de la UNAL, propone en su estudio que las IPS destinen recursos para tratar las aguas residuales en sitio, en vez de pagarle a un tercero para el respectivo proceso.

Las pérdidas económicas anuales de una IPS por este motivo se relacionan con los costos tanto de las sanciones por incumplimiento de la norma ambiental como del cierre del servicio o las implicaciones de contratar otro operador mientras este se habilita.

La investigación también reveló que cada dos meses las IPS arrojan en promedio más de 14 millones de litros de aguas residuales industriales, la mayoría es estas generadas por el servicio clínico de odontología, y 2,6 m³ por el laboratorio clínico. Así mismo, los vertimientos domésticos son de 87,72 m³, producto del lavado de manos, la limpieza y desinfección de las unidades sanitarias.

Servicios de odontología y laboratorio clínico

La evaluación encontró que el agua residual proveniente de un laboratorio clínico está altamente contaminada con muestras de sangre, orina, materia orgánica y reactivos químicos, mientras que el agua de odontología contiene residuos de saliva y otros productos químicos, por lo cual recomienda desinfectar obligatoriamente y reutilizar los productos sobrantes para la limpieza de zonas comunes y descarga de sanitarios.

Así lo determinó al analizar los resultados del agua residual de odontología, en la que se encontraron patógenos, por tanto, se debe garantizar la desinfección previa del agua para prevenir una contaminación o riesgo a la salud pública.

Según la norma, el reúso del agua tratada para fines industriales se permite en actividades de intercambio de calor en torres de enfriamiento y calderas, para descargar baterías sanitarias, limpiar vías, disminuir la dispersión de material particulado o en sistemas de red contra incendios.

“La investigación utilizó el modelo matemático Montecarlo para tomar decisiones bajo incertidumbre, usado con buenos resultados en la medición de la calidad del aire y del agua”, explica el docente Leonardo Calle, investigador de la Maestría, y agrega que el diseño propuesto por la estudiante “fue robusto y seguro”.

Este modelo se puede replicar en cualquier institución que quiera descontaminar las aguas, debido a que se encuentra estandarizado.

Cómo se tratan las aguas residuales del sector salud

En la mayoría de los casos las aguas del sector salud son tratadas por sistemas de filtración de lodos activados, sistema biológico en el que se inyecta oxígeno al reactor de manera que se promueve el crecimiento de microorganismos que forman un aglomerado conocido como flock, en donde se consumen los contaminantes como si fueran alimentos y posteriormente descontaminan el agua.

Otras IPS recogen las aguas residuales y almacenan el vertimiento como residuo peligroso en recipientes plásticos para luego entregarlo a un tercero que se encarga de realizar el tratamiento.

El agua resultante de odontología es desechada por las IPS en las aguas del alcantarillado.