Investigación doctoral en Agroecología se fortalece en la UNAL con Acreditación de Alta Calidad
Por cumplir con los criterios de alta calidad acordes con sus propósitos y objetivos, el Doctorado en Agroecología recibió del Ministerio de Educación Nacional (MEN) la Acreditación Institucional de Alta Calidad por seis años, que lo consolida como un referente académico nacional e internacional por sus aportes a la investigación científica y a la transformación de la agricultura.
Con respecto al compromiso continuo del programa con la excelencia educativa y la adaptación a las demandas cambiantes de la sociedad – especialmente con las comunidades rurales y sus organizaciones–, su coordinadora, la profesora Ángela María Londoño Mota, señala que “el impacto es diverso y abarca áreas técnicas, políticas, culturales y espirituales. Nuestras tesis doctorales han explorado el agro-ecosistema y el sistema agroalimentario desde distintas perspectivas, brindando alternativas y abordando problemáticas cruciales”.
Desde 2009, el primer Doctorado en Agroecología creado en Colombia ha graduado a 31 doctores, cuyas investigaciones en Chocó, Valle del Cauca, Cauca, Nariño y Tolima, así como en diferentes lugares de Ecuador, han aportado a la transformación de las prácticas agrícolas. Por ejemplo, algunos de sus egresados han hecho notables aportes en sistemas productivos de maíz, soya, plátano, café, quinua y panela, entre otros.
El Doctorado se ha destacado por su apertura a profesionales de diversas disciplinas: desde abogados hasta biólogos, filósofos, ingenieros, zootecnistas y economistas han transformado su visión, desde la perspectiva propia de su profesión hasta una comprensión integral y sistémica de los desafíos agropecuarios y ambientales.
Es de resaltar que este posgrado también ha incidido significativamente en la educación superior, ya que sus graduados, que ocupan roles clave en instituciones educativas como la Universidad de Nariño y otras en Ecuador, han impulsado la creación de programas de maestría en agroecología.
En momentos en que la humanidad se ve obligada a repensar sus sistemas de producción y consumo, la agroecología emerge como un enfoque integral que no solo aborda los síntomas de la crisis climática, la conservación de los recursos naturales y el respeto por las prácticas tradicionales de las comunidades, sino que además redefine la relación entre la sociedad y la tierra, de ahí que su importancia radica en la capacidad de ofrecer respuestas sostenibles y armoniosas a los desafíos actuales.
“La agroecología es una respuesta necesaria a la crisis civilizatoria que enfrentamos. Nuestra propuesta, a partir de la formación, busca transformar la manera en que producimos alimentos, conservamos los bienes naturales y nos relacionamos con la naturaleza”, explica la profesora Londoño.
Y así lo evidenció recientemente el profesor Liviston Barrios Arango, doctor en Agroecología, quien analizó 36 huertos caseros de los municipios de Nóvita, Istmina y Tadó (Chocó), en zonas de actividad minera, y evidenció que más del 40 % de los suelos tienen altos niveles de mercurio que contaminan frutas, verduras y plantas medicinales, fundamentales para la alimentación y las tradiciones de las comunidades.
Por lo tanto, considera que “el hecho de que el programa haya recibido la Acreditación de Alta Calidad potencia y visibiliza el papel de la Universidad en la transformación de los territorios, ya que permite contribuir a una mejor producción de alimentos en colaboración con las comunidades locales, fusionando el conocimiento tradicional con la investigación científica”.
La doctora en Agroecología Juliana Sabogal Aguilar, quien hizo su tesis sobre la soberanía alimentaria de los campesinos de Pasto (Nariño) y estudió el impacto de las principales políticas agrarias, señala que “como egresados del programa enfrentamos un reto en este momento histórico particular, pues se nos está reconociendo como un referente de incidencia política que puede dar luces sobre diversos temas ambientales y sociales del mundo rural y agrario”.
“La Acreditación, más que un reconocimiento, es un proceso dinámico que permite evaluar nuestras fortalezas y debilidades constantemente. Nos obliga a involucrar a todos los actores, desde estudiantes hasta empleadores, en un plan permanente de mejora que seguiremos llevando a cabo”, añadió la coordinadora Londoño.
Por su parte, la profesora Marina Sánchez de Prager, referente histórica de la agroecología en Colombia y una de las principales promotoras del Doctorado, anunció que en marzo, aprovechando la realización de un evento internacional, se dará a conocer la importancia de esta formación en Latinoamérica. Enfatizó en que “la Acreditación de Alta Calidad es resultado del esfuerzo colectivo, en el que el Doctorado ha contado con el apoyo de diversos colectivos, asociaciones y agro-ecólogos de Bogotá, Medellín y América Latina”.