Eivar Castillo, apicultor del municipio de Betania (Antioquia), lo sabe gracias a los años de trabajo en el campo. "Si los insectos polinizadores desaparecieran, sobre todo las abejas, la humanidad entraría en crisis. Pocos saben lo fundamental que son para el equilibrio ecológico".
Él lo dice con conocimiento de causa. Por error "reconoce", algunos apicultores sacan las abejas de sus entornos naturales para introducirlas en otros sitios. "Cuando las abejas se establecen en nuevos lugares, de inmediato la flora mejora y por consiguiente, los productos de la zona. En cambio, los lugares naturales que dejan, decaen de inmediato".
Esa observación empírica la ratifican los biólogos expertos en el tema, como la profesora Guiomar Nates, bióloga de la Universidad Nacional de Colombia, una de las personas empeñadas en crear en el país la Iniciativa Colombiana de Polinizadores.
"Nosotros comenzamos a hablar sobre este tema hace algunos años, cuando los brasileros emprendieron su iniciativa de polinizadores. Tuve la oportunidad de participar en algunos foros y mesas redondas allá y ahora queremos trasladar ese trabajo al país. Aquí también estamos sufriendo la desaparición de los polinizadores debido a la fragmentación de los hábitats de muchas especies", indicó Nates.
La bióloga asegura que se suman otros factores negativos que alteran los sistemas naturales como la proliferación de monocultivos, el uso de pesticidas y la deforestación.
Brigitte Luis Guillermo Baptiste, subdirectora científica del Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt, asegura que hay tres gremios que se han concientizado sobre la importancia de los insectos polinizadores, debido a que ya han visto los efectos negativos de su desaparición.
"El gremio palmero con sus grandes plantaciones tiene problemas gravísimos de polinización. El gremio cafetero sabe cuánto gana o cuándo pierde si tiene buena o mala polinización, por eso trabajan en el tema. Además, los fruticultores, que por lo general son productores a pequeña escala, saben muy bien cómo abordar el tema. Todo esto nos parece un buen punto de partida para la iniciática de polinizadores en Colombia", indicó Baptiste.
La profesora Nates explicó que debido al atraso que hay en el país en la comprensión del papel de los insectos polinizadores, se elabora la formulación de un plan de acción, en el que ya se trabaja. El objetivo es que diversas entidades del país y personas vinculadas a actividades como la apicultura den sus aportes al respecto.
"Hemos reunido a los apicultores, a instituciones como Corpoica, a las personas de las cadenas productivas de frutales, a la academia, a estudiantes, a productores y a comercializadores que estén directamente relacionados con el tema. Pudimos hablar con el Instituto Humboldt para que nos apoyara, porque sabemos que esto no se hace con el concurso de una sola persona", indicó la experta de la UN.
Marina Pimentel Landeiro, experta en Biodiversidad y asistente técnica del Ministerio de Ambiente de Brasil, advirtió que la tarea no es fácil, sobre todo con los grandes cultivadores. "En mí país hemos creado políticas y leyes que permitan un mejor manejo de las áreas agrícolas, pero generar consciencia y cultura sobre la importancia de los polinizadores no es fácil, por eso debe existir la participación de todos los sectores de la sociedad para hacer presión".
Ramón Galvis, apicultor del municipio de San Mateo (Boyacá), considera que para sacar adelante esta clase de iniciativas, ante todo se debe educar a los niños. "Mi preocupación más profunda es que nuestros niños y jóvenes no están siendo educados para conocer las dimensiones de la naturaleza. En las clases de biología o de ciencias naturales debería plantearse la problemática que tiene el planeta con los insectos que estamos depredando, es así que se comienza a generar conciencia".