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Desarrollo Rural

Insecticidas naturales para acabar con el gorgojo

El gorgojo, principal enemigo de los cultivos de cereales en Colombia, ya no será más un problema para los agricultores. Científicos están creando en sus laboratorios insecticidas basados en productos vegetales, cuya acción lo está aniquilando.

El gorgojo no solo es una de las plagas más comunes, sino una de las que más daño les causa a los granos en el mundo. Su importancia económica y social radica en las pérdidas que produce en cereales como el maíz, el trigo, el sorgo, la cebada y el arroz, entre otros almacenados, lo que reduce la cantidad del producto apto para consumo y la calidad del que queda disponible para comercializar. En consecuencia, incide en el elevado precio de los granos.

Según la Federación Nacional de Cultivadores de Cereales y Leguminosas (Fenalce), en el país las pérdidas superan la cuarta parte de la producción anual por cuenta de este insecto plaga del género Sitophilus. "El ataque comienza en campo. En condiciones del trópico la incidencia es más abundante", explicó Katherine Girón Pérez, directora de Proyectos de la entidad.

Aunque se habla de pérdidas en la producción anual de los cultivos de cereales, en el país aún no se ha establecido información unificada o estadística de los daños en este periodo de tiempo.

Interesados en contrarrestar la nociva acción del gorgojo, investigadores del Grupo de Productos Naturales Vegetales del Departamento de Química de la Universidad Nacional de Colombia encontraron en varias especies vegetales mezclas de sustancias químicas que ayudarían a mitigar su impacto.

Se trata de aceites esenciales de las hojas de Zanthoxylum sp. (Rutaceae), de palo santo (Lauraceae) y de Ocotea sp. (Lauraceae), que demostraron gran actividad fungicida en dosis muy bajas. Una vez aplicado el tratamiento, los insectos plaga murieron seis horas después.

Poder de las plantas

Entre las familias más representativas de la diversa flora colombiana sobresalen la Myristicaceae, Rutaceae y Lauraceae, objeto de estudios fitoquímicos y de actividad biológica por su importantancia en la búsqueda de nuevos compuestos con actividad insecticida.

El trabajo del equipo investigador, integrado por el profesor Luis Enrique Cuca, Carlos Andrés Coy, Wiman Delgado, Oscar Patiño, Juliet Rodríguez y Paola Moreno, consistió en extraer por arrastre con vapor o por hidrodestilación los aceites esenciales de las plantas, en este caso de las hojas frescas. Luego se prepararon los extractos etanólicos y una vez obtenidos los aceites y los extractos se procedió a evaluar la actividad insecticida.

Para los extractos se determinaba la actividad repelente y antialimentaria, y para los aceites la actividad fumigante. También se seleccionaron las sustancias promisorias para evaluar la actividad a concentraciones más bajas y luego se expusieron los gorgojos por cerca de 48 horas, logrando la mortalidad de más del 50 por ciento de los insectos expuestos a cada sustancia evaluada.

De la familia Myristicaceae, se encontró que las sustancias químicas de las hojas de la especie Myristica fragrans o nuez moscada son las que presentan actividad contra diferentes especies que atacan los cereales almacenados.
Especies de la familia Rutaceae, a la que pertenecen los cítricos, acumulan en la madera de su tallo alcaloides y cumarinas contra diferentes especies del género Sitophilus, plaga que ataca principalmente maíz y arroz.

La familia Lauraceae ha sido considerada por muchos años como una fuente importante de alcaloides de tipo aporfínico, isoquinilínicos y benzilisoquinolinicos, que ejercen actividad contra diversos insectos de importancia en el sector agrícola. El aceite esencial de Litsea cubeba presenta actividad frente a Sitophilus zeamais y Tribolium castaneum.

Insecticidas botánicos tradicionales

Actualmente se emplean cuatro insecticidas botánicos: piretroides, el neem, la Rotenona y los aceites esenciales de diversas especies.

Los piretroides se caracterizan por su rápido efecto sobre insectos voladores, y por generar hiperactividad y convulsiones en los demás bichos.

El neem produce dos tipos de insecticidas botánicos: el aceite esencial de las semillas, efectivo contra insectos de bajo peso y ácaros, y el extracto obtenido con solventes de mediana polaridad a partir del residuo de semillas, después de remover el aceite.

Los aceites esenciales de plantas están generalmente compuestos por complejas mezclas de monoterpenos y fenoles biosintéticamente relacionados, al igual que por sesquiterpenos, caracterizados por su acción neurotóxica sobre insectos y por la baja toxicidad para los mamíferos.

Químicos de uso popular

Por más de 150 años ha sido utilizada la Rotenona, un insecticida mitocondrial que bloquea la cadena de transporte de electrones y evita la producción de energía. También es extraído de plantas.

El principal problema de estos productos es su alta toxicidad para los humanos y su alto impacto ambiental. En el país son empleados tres insecticidas sintéticos con estas características, como el fosfamínn, detiagas y nuvan 50. Los dos primeros tienen como principio activo el fosfuro de aluminio, que al reaccionar con la humedad del ambiente produce fosfina, un gas altamente tóxico que causa la muerte inminente de los insectos plaga.

El manejo de estos dos plaguicidas requiere un extremo cuidado por parte de los agricultores, a fin de evitar una intoxicación que puede desencadenar en la muerte. Además, muchas veces la fosfina producida para aniquilar los insectos no es completamente liberada de los granos dispuestos para consumo, lo que representa un alto riesgo para los seres humanos.

Nuvan es un insecticida organoclorado de origen sintético, que reviste menor peligro para la sociedad y para el medioambiente (sin dejar de ser altamente tóxico), ya que el principio activo de esta sustancia comercial no presenta una toxicidad tan elevada como la de la fosfina; además es un líquido que puede percibirse y, por lo tanto, eliminarse con mayor facilidad.

Resultados promisorios


La investigación y desarrollo de plaguicidas basados en productos naturales busca disminuir los problemas ocasionados por los insecticidas sintéticos. Según el profesor Luis Enrique Cuca, además de atacar al gorgojo, no tienen impactos en la biodiversidad ni en la salud de los agricultores y consumidores.

Los compuestos naturales son específicos para una plaga, menos contaminantes y biodegradables, y además reducen la peligrosidad para los seres humanos.