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Ciudad y Territorio

Innovación social llega a Uribe (Meta) de la mano de la UNAL

    Con la esperanza puesta en el cacao y el plátano, reincorporados de las FARC en el municipio de Uribe (Meta), guiados por el deseo de consolidar un proyecto de vida alejados de las armas –como se comprometieron hace cinco años–, le apuestan a la paz con el apoyo de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), entre otras instituciones.

    Harina de plátano, pasabocas de plátano deshidratado, chocolate de taza, licor de cacao, cremas exfoliantes a base de cascarilla de cacao y humectantes a base de licor de cacao fueron algunos productos que la comunidad de este municipio del Meta ha aprendido a elaborar y produce para la venta, a través de la Asociación Productora Aromas del Tinigua.

    Con una sólida conciencia de la importancia del trabajo comunitario, alrededor de 200 pobladores de esas zonas –100 de ellos reincorporados de las FARC– consolidaron estos sistemas productivos de plátano y cacao, además de iniciativas en agua y saneamiento básico, energías renovables y apropiación social del conocimiento mediante estrategias de gobernanza territorial y liderazgo.

    Uribe fue uno de los cuatro territorios del país seleccionados para formar parte del “Programa de ciencia, tecnología e innovación en comunidades sostenibles para la paz”, del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, adelantado en alianza con el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

    Este se adelantó en 2020 en las veredas de La Primavera, La Pista y Buenos Aires, y del Nuevo Asentamiento de Reincorporación (NAR) Darío Gutiérrez, hoy agrupados como Cooperativa JE.

    La docente Luz Marina Melgarejo, de la Facultad de Ciencias e integrante del equipo de expertos que participó en el proyecto, destaca que “la ejecución técnica, a cargo de la UNAL, tuvo el objetivo de implementar procesos que articularan la relación comunidad-ciencia- tecnología-bienestar social, para contribuir al fortalecimiento del desarrollo local y de comunidades sostenibles para la paz”.

    Así mismo señala que “además de la crisis sanitaria provocada por la pandemia por COVID-19, otra de las dificultades que tuvieron que sortear para sacar adelante el proyecto fue el recrudecimiento de los hechos de violencia en varias zonas del país durante 2020, entre ellos en Uribe”.

    Innovación en varios frentes

    Con respecto al tema del agua y el saneamiento básico, se coordinó la creación de comités técnicos en las veredas La Primavera, La Pista y Buenos Aires, y se adelantó la adecuación y entrega de baterías sanitarias en las escuelas veredales de La Pista y La Primavera.

    “Estas constan de fuente de captación (aljibe), sistema de tratamiento de agua potable con energización total o parcial con sistema fotovoltaico, y saneamiento básico”, explica la docente.

    También se desarrolló el programa Aquatox, para evaluar la calidad del agua por medio de bioensayos. Este proyecto nació en el Centro Internacional de Investigaciones para el Desarrollo de Canadá, concebido como un instrumento de participación ciudadana y de generación de buenas prácticas en el cuidado de los recursos hídricos de la ciudad.

    En relación con los sistemas productivos de plátano y cacao, se realizaron capacitaciones en buenas prácticas agrícolas, y además se desarrollaron dos líneas de transformación para obtener productos y subproductos alimenticios agroindustriales con valor agregado.

    La docente destaca que “se les acompañó para el inicio del establecimiento de cadenas cortas de comercialización y el encadenamiento con entidades de apoyo al emprendimiento”.

    En cuanto a la apropiación social del conocimiento, en la comunidad se consolidaron procesos formativos para la apropiación y el manejo de innovaciones científicas y tecnológicas, recuperación de conocimientos y prácticas locales y ancestrales, además de fortalecimiento de liderazgo y procesos organizativos comunitarios.

    Estos se reforzaron con talleres tanto educativo-prácticos como demostrativos, para conformar cursos de extensión certificados por la UNAL en las cuatro líneas de acción del proyecto.

    “De todos los procesos implementados se diseñó material pedagógico que puede servir como base para la puesta en marcha de otros proyectos en esta zona”, precisa la docente Melgarejo.

    Además de ella, el proyecto estuvo integrado por los docentes de la UNAL Soledad Hernández, del Instituto de Ciencia y Tecnología de Alimentos (ICTA); María Clemencia Castro, de la Facultad de Ciencias Humanas Sede Bogotá; Óscar Eduardo Suárez, director de la Sede Orinoquia; Néstor Mancipe Muñoz, Martha Cristina Bustos y Eduardo Alirio Mojica, de la Facultad de Ingeniería Sede Bogotá; Yih Wen Fung, Jimena Sánchez y Wilman Delgado, de la Facultad de Ciencias Sede Bogotá; y Edna Leiva y Liliana Hoyos, de la Facultad de Ciencias Sede Medellín.