El evento que inició a las 5:00 de la tarde en el Auditorio Hernando Patiño Cruz, y que se cumplía paralelamente a otras actividades en las sedes de la UN en todo el país, contó una masiva asistencia y exhibió tres obras: Zebra, El último botón y Barrio-ballet. "Esta fue nuestra apuesta para convocar a los asociados y a toda la comunidad universitaria y palmirana", dijo Adriano García, gerente delegado del Fodun en la UN en Palmira.
Zebra, con música de Boris Blank y coreografía de Noemí Coelho, mostró en un primer acto la danza de mujeres con largas faldas color blanco y negro, de las que se despojaron para abandonar el escenario, dando paso al baile de un hombre solitario sin camiseta y pantalones rasgados, "toda una reminiscencia de la expresión del baile y cultura afrolatina", según Mónica Santacruz, jefe de prensa de Incolballet.
El último botón recreó la rutina y estrés de los altos ejecutivos y sus colaboradores: hombres y mujeres desabotonaban lenta y progresivamente sus trajes anchos hasta quitarse el último botón, para así aligerar el movimiento de sus cuerpos, acto que significó la liberación de las presiones. La música es autoría de Toki Nokoe y Nana Fushi, la coreografía de Meredith Rainey.
El cierre de la función estuvo a cargo de Barrio-ballet, una idea original de Gloria Castro, fundadora de Incolballet, y concebida coreográficamente por el artista cubano Gustavo Herrera.
Narrada en cuadro cuadros, representó la historia de la evolución del sonido salsa y del proceso del mestizaje afroamericano. Inició con la presencia de bailarines con trajes típicos cubanos ("Son Negro"), luego aparecieron bailarinas con traje de mallas y con zapatillas de punta al ritmo de la música de Willie Colón ("Son Blanco").
Acto seguido, inició el baile en pareja, con técnica de danza clásica sobre música de Mongo Santa María; se trató de una alegoría al "bacán" del barrio que intenta cortejar a una linda chica ("Bacanísimo").
En el gran final del ballet participaron todos los integrantes de la compañía, acompañados con la salsa del grupo Irakere de Cuba y vestuario en mallas de vistosos colores, bailaron de manera espontánea, de forma popular ("Bacalao con pan y timbalero"), en ese momento la canción que retumbó fue Cali Pachanguero y los artistas bajaron al escenario y se mezclaron entre el público.
El evento finalizó a las 7:30 de la noche, con un balance positivo para esta agremiación que ha contribuido al bienestar de los docentes afiliados y de sus familias, por medio del otorgamiento de créditos especiales para financiar programas académicos, de educación, y de recreación y vivienda. Actualmente cuenta con 3.600 afiliados en todo el país y 163 en Palmira, el 96 por ciento del total del personal.
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