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Economía y Organizaciones

Incluir los costos ambientales y sociales desde el inicio permitiría avanzar hacia una minería más responsable

    La planeación de proyectos mineros se enfoca en estimar su efectividad por extracción o explotación, dejando “de lado” o como asuntos “externos” los gastos relacionados con impactos ambientales y sociales. Con datos de una mina del norte de Colombia se demostró que incluir estas variables desde la fase inicial hace más óptimo el proceso extractivo y reduce la incertidumbre aumentando la posibilidad de éxito. Su aplicación sería útil para nuevas políticas públicas y allanaría el camino para los “distritos mineros” esbozados en el Plan Nacional de Desarrollo.

    La actividad minera sigue enfrentando grandes desafíos ambientales y sociales; por ejemplo en Colombia más de 70 municipios se han manifestado en contra de las actividades extractivas en sus territorios, mediante mecanismos de participación ciudadana como consultas populares.

    Sin embargo estas prácticas no se pueden suspender de forma absoluta porque son importantes para asuntos como el desarrollo tecnológico mundial. “Por eso, después de notar que en las fases de planeación no se estaban incluyendo los costos ambientales y sociales, nos propusimos aportar una solución”, señala David Oliveros Sepúlveda, magíster en Medio Ambiente y Desarrollo de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Medellín.

    Actualmente la planeación de un proyecto energético evalúa posibles rendimientos técnicos, de extracción del mineral, condiciones del terreno, ganancias económicas, etc., pero no incluye las negociaciones que habría que tener con las comunidades o la reparación de impactos ambientales.

    “Todas estas son variables con alto grado de incertidumbre porque nunca se sabrá a ciencia cierta cuánto mineral se podrá extrae de las rocas, por ejemplo. Sin embargo notamos que incluyendo las variables ambientales y sociales en la planeación disminuye la incertidumbre, aumenta las ganancias y se impacta menos en los territorios”, agrega el profesor Giovanni Franco Sepúlveda, adscrito a la Facultad de Minas de la UNAL Sede Medellín.

    Datos reales de una mina de carbón a cielo abierto

    Para probar la nueva propuesta, que se entiende como una nueva metodología para la fase de planificación, el magíster Oliveros, con la asesoría del profesor Franco, sistematizó los datos de una mina de carbón a cielo abierto en el norte de Colombia.

    “Consideramos las características y los indicadores reales asociados con la morfología del yacimiento, las condiciones operativas y las tasas de extracción, entre otros parámetros”, comenta el investigador, quien además es magíster en Administración Pública de la Universitat Autònoma de Barcelona.

    Con esto claro se planteó un “escenario” alternativo, en el que desde el inicio se incluyen los costos ambientales, sociales y de cierre de la mina. “Tuvimos en cuenta costos de emisiones de CO2, del desarrollo de una actividad agrícola, la distancia desde los centros proveedores e incluso una encuesta de 12 preguntas que se aplicó a 103 familias para estimar los costos de negociaciones que impliquen, por ejemplo, entregar un pago anual al núcleo familiar durante el tiempo que dure el proyecto”.

    Así, estos tres tipos de costos ascendieron a 106.921.863 dólares, lo que hizo que el valor presente neto o la ganancia generada disminuyera un 4 % respecto al escenario base. “Pese a ello, al incluir estos gastos se obtiene un escenario con menos riesgo e incertidumbre ambiental y social, pues posibles discusiones con las comunidades ya estarían incluidas, lo que además evitaría tener que suspender el proyecto por conflictos”.

    Los indicadores relacionados con el aprovechamiento también mejoraron, “por ejemplo la extracción de material estéril (que no es útil) disminuyó cerca de un 5 % su valor promedio, al pasar de 8,24 a 7,84, y además presentó un comportamiento más constante (sin ningún valor superior a 8,56), contrario al caso base en el que hubo periodos con una relación estéril/mineral de 19,5 y de 10,51”.

    Por último se consideró la variación de los precios del mineral que se exportaría. Para ello se tomaron datos históricos, y mediante modelos estadísticos se generaron posibles escenarios futuros. “Este punto es muy importante porque nos permitió considerar que ante escenarios desfavorables sería posible plantear alternativas productivas, y que en otros contextos podría ser necesario restringir las tasas de extracción para mantener un proyecto acorde con las necesidades”, menciona.

    Según los investigadores, esta metodología se podría aplicar durante la planificación de cualquier proyecto minero en el mundo, lo único necesario sería ajustar las características particulares (condiciones del yacimiento, el tipo de mineral, la magnitud de los impactos, etc.).

    “Su aporte es tan importante que incidiría tanto en políticas públicas como en contribuir a una minería más responsable y ser el punto de partida de los ‘distritos mineros’ consignados en el Plan Nacional de Desarrollo”, finaliza el profesor Franco, quien además es exviceministro de Minas y Energía de Colombia.

    Un nuevo proyecto investigativo, que incluirá los costos ambientales y de cierre de mina en proyectos de la cuenca de la Sinifaná, Nordeste y Bajo Cauca antioqueño, ganó la Convocatoria 937 de Minciencias, ocupó el puesto 13 entre más de 800 iniciativas nacionales, y el 3ro. mejor entre las de ingeniería.