“Implementar el Acuerdo de Paz resolvería la protesta social”
Así lo afirmó el expresidente y Nobel de la Paz Juan Manuel Santos Calderón durante la cátedra inaugural “Acuerdo de La Habana y protesta social”, dirigida por la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), en la que explicó algunas de las razones de las manifestaciones sociales más recientes en Colombia.
En la presentación de la Cátedra, la profesora Dolly Montoya Castaño, rectora de la UNAL, destacó que “el trabajo de la Universidad para aportar a la paz ha sido muy grande en el análisis de la violencia”.
“Nos ha costado la vida de profesores, de estudiantes, pero aun así mantenemos nuestra bandera en alto y seguimos trabajando. En el PLei 2034 –el plan estratégico institucional– nuestro primer eje es la paz y fue avalado por toda la comunidad universitaria. Somos una Universidad que está definitivamente alineada con la paz”, subrayó la Rectora.
Durante la conferencia, moderada por el profesor Alejo Vargas Velásquez, director del Centro de Pensamiento y Seguimiento al Diálogo de Paz de la UNAL, el expresidente Santos explicó algunas de las razones, el origen y el porqué de las manifestaciones sociales recientes en Colombia.
“La protesta social es una consecuencia lógica de terminar la guerra con las FARC […] buena parte de las soluciones está en el Acuerdo, y buena parte de los problemas están en la falta de su implementación”.
En ese sentido, señaló que, “por ejemplo, si se observan las marchas étnicas y las peticiones, reclamos y aspiraciones de las comunidades indígenas y afro, ellos solicitarían que se cumpla el capítulo étnico del Acuerdo de Paz: un mayor reconocimiento y la legitimación de sus derechos y otros elementos. De ahí que la solución estaría en reunirse comunidades y Gobierno para implementar en común este componente transversal del Acuerdo de Paz”.
Así mismo, el expresidente expuso que la comunidad campesina protesta contra la desigualdad y falta de oportunidades, que también estarían consignados en el Punto 1 del documento: la Reforma Rural Integral.
“Cuando iniciamos la negociación en este punto, nos pusimos de acuerdo bastante rápido al tener los mismos objetivos de desatrasar el campo”, recordó.
En este punto se discuten aspectos como el desarrollo integral del campo para mejorar la economía familiar, campesina y comunitaria; la igualdad y el enfoque de género; la integralidad y productividad del campo; el establecimiento de los derechos tanto de los campesinos como de los despojados y víctimas del desplazamiento; la regularización de la propiedad; el derecho a la alimentación; la participación activa de las comunidades y demás soluciones.
También se refirió a la violencia por el narcotráfico y su extinción: “buscamos darles una oportunidad a los campesinos que no tienen ningún otro ingreso, a ellos ya no se les puede tratar de delincuentes, son las víctimas […] Considero que la única solución para quitarle la violencia al narcotráfico es legalizando y regularizando las drogas, si no le quitan la restricción económica y la prohibición, el narcotráfico seguirá teniendo una demanda”.
En cuanto a la seguridad nacional, explica que “la protesta por el asesinato de líderes sociales es legítima y válida, puede resolverse con la implementación del Acuerdo. El documento contiene algunas políticas preparadas para aumentar la seguridad: las FARC iban a dejar un vacío y el Estado tenía que llenarlo, y lo estaba haciendo pero no se le dio continuidad”, sostuvo.
Agregó que “desde la mesa de negociación se incluyó la conversión de la fuerza pública, como las reformas a la Policía y al Ejército Nacional: estaba prevista una reforma con un enfoque más civil”.
Por último, el Nobel destacó que “los Acuerdos de Paz se hicieron para implementarse en 15 años. Están pasando por una prueba de fuego de un gobierno hostil al Acuerdo, que ha querido descarrilarlo pero no ha podido… Si alguien viniera con una verdadera voluntad política de continuar con el Acuerdo, todo lo anterior podría ser posible”.
“En el diálogo con los estudiantes, campesinos y los diversos sectores está la profundización de la democracia, que también sirve para resolver la protesta social y el Acuerdo es el instrumento para que pase”.
“Con el Acuerdo de Paz el miedo a protestar se fue disipando, los colombianos salieron a protestar con más entusiasmo y la juventud se dio cuenta de que tiene un poder especial e importante, está destinada a hacer y promover los cambios”, concluyó el expresidente Santos.