Identifican enzima clave en la detección y progresión del cáncer oral

Según el Observatorio Mundial de Cáncer el carcinoma escamocelular oral constituye el 90 % de los casos de cáncer oral, una enfermedad que representa el 2 % de todos los diagnósticos de cáncer en el mundo, con una incidencia global de 389.485 casos nuevos en 2022. Este tipo de cáncer afecta la función física, psicológica y estética de quienes lo padecen.

Una de las enzimas relacionadas con el desarrollo de esta enfermedad y el crecimiento de tumores cancerígenos es la metaloproteinasa 14 (MMP-14), que también estaría asociada con el cáncer oral y cuya identificación sería útil para el diagnóstico temprano de esta patología, según la investigación de Yeimy Valentina Castañeda Rojas, odontóloga de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL).

El objetivo principal de este trabajo fue analizar la expresión de la metaloproteinasa 14 (MMP-14) en tejido canceroso y compararla con tejido sano adyacente. Esta enzima pertenece a la familia de las metaloproteinasas de matriz, es decir que se encuentran en los espacios entre las células de los tejidos, y aunque ayudan a la curación de heridas o la remodelación ósea, también están asociadas con el desarrollo del cáncer y la metástasis de las células tumorales.

En países en vías de desarrollo, como Colombia, los factores de riesgo del cáncer oral son el consumo de alcohol y tabaco, una nutrición deficiente, mala higiene bucal y tratamientos odontológicos inadecuados, los cuales aumentan la incidencia y mortalidad de esta enfermedad. “El trauma crónico causado por una prótesis mal adaptada, combinado con inflamación crónica, puede derivar en lesiones precancerosas”, explica la investigadora.

“En el contexto del carcinoma escamocelular oral, la MMP-14 actuaría como biomarcador de pronóstico, ayudando a determinar el avance y la agresividad del tumor”, agrega.

Una “bandera roja” en el diagnóstico

Para identificar la relación entre la MMP-14 y el cáncer oral, la Facultad de Odontología de la UNAL y el Hospital Universitario de la Fundación Santa Fe de Bogotá adelantaron un estudio que incluyó muestras recolectadas entre 2015 y 2022 de 39 tejidos de carcinoma escamocelular oral y 22 tejidos sanos adyacentes, obtenidos de los mismos pacientes.

Los donantes fueron pacientes mayores de 18 años con diagnóstico confirmado de carcinoma escamocelular en localizaciones como lengua, paladar, piso de boca y mejilla. Todas las muestras se analizaron mediante inmunohistoquímica, una técnica que permite identificar la presencia y distribución de la MMP-14 utilizando anticuerpos específicos.

Los resultados de este estudio revelaron niveles significativamente más altos de MMP-14 en los tejidos cancerosos comparados con los tejidos sanos adyacentes. “Esto confirma el rol de la MMP-14 no solo en la progresión del tumor sino también en su potencial como indicador temprano del cáncer”, afirma la odontóloga Castañeda. Además se observó una correlación entre la sobreexpresión de esta enzima y el estadio clínico avanzado del cáncer, así como un mayor compromiso ganglionar, una etapa en la que el tumor ha avanzado a otras partes del cuerpo.

La investigadora destaca que “la detección temprana del cáncer es crucial, ya que la supervivencia a 5 años después del diagnóstico disminuye hasta en un 50 % cuando existe compromiso ganglionar”.

Los resultados del análisis mostraron que la MMP14 estaba presente no solo en tejidos tumorales sino también en la mucosa oral adyacente, aunque con variaciones en su intensidad y localización. En células tumorales, la enzima se detectó predominantemente en el citoplasma y la membrana celular con una intensidad leve a moderada, mientras que en las células inflamatorias y endoteliales su presencia fue severa, involucrando núcleo, citoplasma y membrana.

Estos hallazgos resaltan el papel de la MMP-14 en la inflamación asociada con el cáncer oral, además de su función en la degradación de componentes de la matriz extracelular, como colágeno tipo I, II y III, contribuyendo a la invasión tumoral.

El estudio utilizó muestras de carcinoma de mama como control positivo, dado que la presencia de MMP-14 está bien documentada en este tipo de cáncer. También se implementaron controles negativos –omitiendo el anticuerpo primario– para garantizar la especificidad del protocolo.

Los valores obtenidos se correlacionaron con factores pronósticos clínicos y sociodemográficos utilizando análisis estadísticos como la curva ROC, una herramienta gráfica empleada para evaluar el desempeño de un modelo o prueba diagnóstica en términos de su capacidad para diferenciar entre dos estados, como enfermo y sano, que es particularmente útil en la evaluación de modelos de clasificación y en pruebas biomédica para determinar el punto de corte para casos positivos, establecido en 3,5.

Los resultados indicaron que el carcinoma escamocelular oral afectó ligeramente más a mujeres (54 %) que a hombres (46 %), aunque estudios previos sugieren mayor incidencia en hombres, asociada con conductas como el consumo de alcohol y tabaco. En cuanto a la edad, el 80 % de los casos correspondió a pacientes mayores de 50 años. Además, el consumo de tabaco estuvo presente en el 54 % de los casos, mientras que el alcohol en el 48 %.

La investigación resalta el potencial de la MMP-14 como marcador pronóstico en este tipo de cáncer, más allá de su rol en la inflamación. Al degradar componentes esenciales de la matriz extracelular y la membrana basal, esta enzima facilita la invasión tumoral ofreciendo nuevas perspectivas para entender y tratar la progresión del carcinoma escamocelular oral.

Relevancia clínica y recomendaciones

Dado que los odontólogos tienen un acceso privilegiado a la cavidad oral, su papel en la detección temprana es fundamental. “Una lesión que no cicatriza en 15 días debe ser evaluada con urgencia”, advierte la investigadora. Además, el control de factores de riesgo como la higiene oral y los tratamientos odontológicos adecuados puede reducir significativamente la incidencia de este cáncer.

Con estos hallazgos, la investigación espera sentar las bases para futuros estudios que profundicen en el uso de la MMP-14 como biomarcador y en el desarrollo de estrategias diagnósticas y terapéuticas que mejoren los resultados clínicos de los pacientes.