Huertas urbanas, un espacio para construir y tejer sociedad en Manizales
“Jóvenes sembrando huertas, cosechando comunidad” es un espacio de diálogo para compartir saberes para el bien del territorio. Foto: Rayen Rovira, psicóloga social.
Iniciativa de aulas públicas Apu Kumanday ubicada en la comuna San José, forjado como un espacio de resistencia y aprendizaje para el abastecimiento alimenticio del territorio.
En la Comuna San José el alimento significa una lucha constante por el olvido en edificaciones abandonadas que un día serían una megaobra de la ciudad.
Las huertas urbanas son escenarios de construcción de aprendizaje colectivo para entretejer comunidad.
La UNAL Sede Manizales le apuesta no solo a la ciencia sino también al fortalecimiento y relacionamiento social con colectivos urbanos que luchan por el bien de la capital caldense.
A diferencia de las huertas que se hacen en las casas o terrazas, el objetivo del proyecto “Jóvenes sembrando huertas, cosechando comunidad” es adecuar y mejorar las condiciones de terrenos más grandes que permanecen baldíos o en estado de abandono, vinculando de manera colaborativa no solo a los estudiantes de la UNAL provenientes de distintas regiones, sino también al amigo, al vecino, la familia y al público en general.
El trabajo nace de las iniciativas sociales, culturales y territoriales del proyecto “Comunativa huertas urbanas”, un colectivo que trabaja por la comuna de San José en Manizales. Este sector es vulnerable porque en 2019 se licitó un macroproyecto de urbanización con el cual se pretendía reubicar a sus familias en viviendas de interés social, pero la iniciativa se abandonó. En la actualidad dicho territorio está conformado por 8 barrios y cerca de 25.000 habitantes.
La UNAL Sede Manizales, junto con Comunativa, Residencias Agroecologicas, la Minga Wara BA y el semillero “Sembrando vida en la UN”, brindaron una red de apoyo para la generación del conocimiento comunitario reflejado a través de un diplomado de extensión realizado en agosto de 2022, en la cual participaron más de 80 personas, estudiantes y no estudiantes, provenientes del Chocó, Cesar, el Valle, Pasto y Caldas para incentivarlos a una transformación civilizatoria.
Bajo la premisa del pensamiento ambiental como un movimiento social, hoy se tienen más de 20 huertas comunitarias que brindan alimentos a las personas más necesitadas de los estratos 1 y 2 de Manizales.
A su vez se han generado otras iniciativas como el aula Apu Kumanday, ubicado igualmente en la zona céntrica de Manizales, y que en la actualidad se ha convertido en un espacio de reunión y aprendizaje.
Dentro de la iniciativa también se están implementando Plantuladores, en la que se está formando un equipo para adecuar una huerta urbana para la siembra idónea de cultivos sobre terrenos no rurales, donde a su vez se vinculan los guardianes de semilla, encargados de elegir las mejores semillas nativas y cuidarlas desde su plantación hasta el desarrollo de la planta.
La psicóloga Rayen Amanda Rovira, profesora de la UNAL Sede Manizales desde el área de Bienestar Universitario, encargada de gestar este proyecto de sostenibilidad ambiental de los territorios, menciona que “estos ejercicios con la tierra van más allá de la construcción de huertas, son espacios de encuentro que trascienden sobre cualquier estrato socioeconómico”.
“Por tener personas de diversas partes del territorio nacional, se pudo llevar a cabo una formación de acción participante, lo que quiere decir que no solo los colectivos de Manizales, las huertas y los movimientos indígenas eran los encargados de formar a estas personas, sino que algunos ya tenían conocimientos sobre cómo trabajar la tierra desde sus territorios, por lo que se conocían nuevas técnicas de sembrado o preservación de los alimentos”.
El proyecto “Jóvenes sembrando huertas, cosechando comunidad” no se queda ahí, sino que la iniciativa ha dado paso a la construcción de más huertas urbanas, incluso dentro del campus Palogrande de la Sede UNAL Manizales.
También creó una cartilla educativa sobre la importancia del sembrar y hacer resistencia a nuevas perspectivas de producción alimenticia. Además, a través del folleto se pretende vincular a más estudiantes no solo de la UNAL sino de otras universidades a aportar conocimiento e iniciativas para mejorar estos espacios de siembra.