Eliminar los residuos del DDT (dicloro difenil tricloroetano), plaguicida cuyo uso está prohibido en el país desde 2001, pero que hasta 2006 era utilizado en el control del mosquito transmisor de la malaria, es posible gracias al uso de microorganismos.
Hongos, bacterias y otros organismos, extraídos de zonas aledañas a las del sitio contaminado sirvieron para evidenciar que sí es posible limpiar los suelos más rápido que la naturaleza, con el objetivo de evitar que el contaminante se desplace y afecte a personas y ecosistemas estratégicos, como las aguas subterráneas o cultivos, por ejemplo.
María Angélica Prada Vásquez, estudiante de la Maestría en Medio Ambiente y Desarrollo de la U.N. Sede Medellín, asesorada por el profesor Santiago Cardona, desarrolló dos tratamientos (en presencia de oxígeno y en ausencia de este), para evaluar la aplicabilidad a escala real de los microorganismos en laboratorio y en una prueba piloto.
Para ello, utilizó compostaje (abono), el cual tiene elementos parecidos a los que hay en el suelo, de manera que, si éste último es afectado por algún plaguicida o contaminante, los componentes del primero ayudan a disminuir la toxicidad.
La primera etapa consistió en evaluar tratamientos como la atenuación natural donde las condiciones del medio se mantuvieron y aplicaron estrategias de estimulación biológica, a través de la adición de nutrientes (melaza y nitrato de potasio -KNO3-). En esta se observó la degradación del contaminante teniendo en cuenta la acción de cada uno de los nutrientes y de ambos.
En cada tratamiento se midieron las variables de control de humedad, temperatura y recuento de colonias de microorganismos durante cuatro semanas. También, estudió la concentración de DDT inicial y final de cada tratamiento
Así, encontró una diferencia significativa en tratamientos aplicados. En relación con la atenuación natural se presentó una reducción del 38,5 % de concentración de DDT; con el de adición de melaza hubo una reducción del 72,3 %; y el suelo tratado con nitrato de potasio redujo un 70, 2 % la contaminación.
Respecto al tratamiento con adición de melaza y nitrato de potasio, la concentración de DDT se redujo en un 92,5 %. Es decir, fue el más efectivo después de un mes de pruebas.
Para la segunda etapa de su trabajo María Angélica Prada realizó una prueba pilotó en la que usó 60 kilos de suelo contaminado. En ausencia de oxígeno, se identificaron los microorganismos que ayudarían en la reparación del terreno de estudio. Esta parte del trabajo se adelantó en el Laboratorio de Biorremediación y Desarrollo Tecnológico de la Facultad de Minas.
Las bacterias Gram-negativas y Gram-positivas tienen la habilidad de metabolizar el DDT, entre ellas Alcaligenes eutrophus, Hydrogenomonas sp., Pseudomonas putida.
Según el profesor Santiago Cardona, para que estas iniciativas sean más efectivas, es importante elaborar mapeos e inventarios de los suelos contaminados, pues así se priorizan zonas de trabajo y tratamiento de suelos contaminados a través de las estrategias propuestas.