Herramienta evaluaría sostenibilidad de viviendas informales
El arquitecto Diego Alejandro Posada Martínez, estudiante de la Maestría en Construcción de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Bogotá, encontró estos indicadores en desarrollo de su trabajo de investigación enfocado en proponer una herramienta para evaluar la estructura física de viviendas existentes en Bogotá, a través de premisas de sostenibilidad.
Las edificaciones sostenibles están cada vez más en auge en los diferentes tipos de construcciones de la ciudad, con el propósito de reducir –de alguna forma– los impactos que la construcción está generando actualmente sobre el medioambiente.
Dichos impactos están relacionados con el consumo de energía y de agua, las emisiones de gases, todo el proceso de construcción de las edificaciones que han llevado a la destrucción de los hábitats, la disminución de los “pulmones verdes” por la “cementización” de las ciudades, la huella de carbono que se genera, entre otros aspectos.
“A pesar de que actualmente muchas de las construcciones que se están desarrollando están enfocadas en reducir sus mitigaciones, la disminución de los efectos que están produciendo sobre el medioambiente no es del todo efectiva”, señala el arquitecto Posada.
Para disminuir efectivamente los impactos también es necesario adecuar lo que ya existe, y en las ciudades lo que más existe son viviendas. De ahí que este estudio –dirigido por el profesor Miguel Arturo Gamba, de la UNAL Sede Bogotá– buscó generar una herramienta no solo para hacer esa medición sino para rehabilitar después dichas edificaciones.
La herramienta generada a partir de una serie de fichas está dirigida en especial a las viviendas informales, un tipo de construcción desarrollado por personas con pocos recursos, quienes por lo general no tienen el conocimiento técnico y legal suficiente para desarrollar estas obras, por lo cual las adecúan según los recursos disponibles.
Debido a esto, muchas veces sus viviendas no cumplen con las normas de construcción ni de ordenamiento territorial, contrario a la construcción formal, realizada por empresas constructoras que utilizan diferentes reglamentaciones y especificaciones técnicas.
“A las construcciones informales se les debería dar una respuesta prioritaria, pues tendrán una serie de problemáticas que desencadenarán en consumos de energía más altos y mayor impacto sobre su territorio”, puntualiza el arquitecto de la UNAL.
En Colombia, entre el 40 y el 50 % de las viviendas tienen esta condición.
Después de analizar diferentes lineamientos de evaluación de sostenibilidad en edificaciones se seleccionaron 52 parámetros de evaluación claves, condensados en 8 categorías que analizan diferentes condiciones en las viviendas y que se consignan en fichas; sin embargo el investigador sugiere desarrollar un software que genere información al introducirle los datos.
Las categorías son: 1) condiciones del lugar, 2) caracterización, que consigna los principales atributos de la edificación y de sus habitantes, 3) eficiencia de la energía, 4) condiciones particulares de agua y ventilación, 5) materialidad, que revisa la optimización y la calidad de los materiales de la vivienda, 6) manejo de residuos 7) la habitabilidad, que evalúa la ergonomía de los espacios, y 8) el mobiliario.
Para llegar a estos parámetros se utilizó un estudio de caso desarrollado en tres etapas. Primero se seleccionaron algunos instrumentos de evaluación de sostenibilidad importantes en Colombia, de los cuales se tomaron cinco, 4 nacionales y 1 internacional. Después se analizó cada instrumento teniendo en cuenta cómo evaluaban las construcciones, la rehabilitación y la pertinencia de aplicación en las viviendas existentes en Bogotá. Con esto, se sintetizaron los parámetros para generar la herramienta propia del estudio.
En la tercera fase se analizaron 6 viviendas de la ciudad y se eligió una de la localidad de Engativá para realizar la evaluación con cada uno de los parámetros desarrollados. Así, se determinó su nivel de sostenibilidad y se generó una propuesta de rehabilitación para mejorar sus condiciones.
El arquitecto Posada señala que “la idea era tratar de acercar este tipo de herramientas a las personas con menos recursos, entonces tratamos de que las estrategias de medición fueran lo más sencillas posibles. Eso implicaba reducir un poco la eficacia de los parámetros a tener en cuenta, pero les daba unos conceptos básicos de lo que tenían que realizar y tener en cuenta al adecuar esos espacios”.