Haití, médicos e ingenieros son la prioridad

El profesor Aristide, quien se desempeñó por más de 30 años como docente del Departamento de Biología de la Facultad de Ciencias de la UN y coordina actualmente la programación académica de esa área curricular, dijo que "antes del terremoto teníamos muy poquito. Tan poquito que no alcanzaba para toda la población, y ahora después del terremoto, que destruyó a casi todo el país, lo que queda es volver a empezar".

Así mismo aseveró que en una época Haití se sostenía en la agricultura, pero últimamente debido a los problemas políticos, sociales y ahora naturales, la situación se deterioró tanto que la gente empezó a dejar el campo y llegó a las ciudades, dejó el cultivo.

El docente llegó en el año 1963 proveniente de San Marcos, un pueblo de 30 a 40 mil habitantes, a una hora de Puerto Príncipe, la capital de Haití, y se inscribió en la Universidad Nacional de Colombia donde obtuvo su título de biólogo.

"Aún no se sabe mucho sobre la situación de ese pueblo. Está todo arrasado. El único que llegó allá fue un reportero español. Y no es por que no quieran llegar allá, es que no hay por dónde pasar", así se refirió el profesor a la situación de su lugar de origen.

Por ahora lo que se sabe es que la ayuda internacional que llega está concentrada en la capital y para distribuirla es bastante complicado porque, según Aristide, no hay calles y no hay vías por donde pasar y llegar a todos los lugares afectados por el tamaño del desastre, hasta que se levanten los escombros.

Haití es la nación más pobre del hemisferio occidental con muchos problemas ambientales, ya que una tercera parte de la tierra está seriamente erosionada debido a la eliminación de vegetación por el sobrepastoreo del ganado y por el tipo de prácticas agrícolas. Así como la población urgida por crear campos para la agricultura o los pastos y como combustible.

Cerca del 95 por ciento de la población de Haití es descendiente de esclavos negros africanos y hace 5 años se estimaba que su población llegaba a los 7 millones 700 mil habitantes.

La educación en Haití es gratuita y obligatoria para los niños entre 6 y 11 años. Sin embargo, antes del terremoto las instalaciones eran inadecuadas, por eso el profesor Aristide espera que después de la reconstrucción de la Isla las cosas mejoren.

Por ahora cree que el dinero no es tan urgente. Lo primordial es la salud, la alimentación y por supuesto viene ya la reconstrucción del país, para lo cual se va a necesitar mucha mano de obra y toca capacitar a los mismos habitantes en la construcción de sus propias viviendas. "El dinero que llegue debe ser necesariamente depositado en un fondo para la reconstrucción, lo cual se espera sea en un periodo máximo de cinco años, si se administra bien".

Finalmente manifestó que la solidaridad mundial en esta tragedia es para llorar de emoción, pues de todos los rincones ha llegado ayuda.