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Salud

Hacer ejercicio reduciría uso de fármacos contra ansiedad y depresión

    Cuando la actividad física se hace con buenas condiciones, teniendo en cuenta un objetivo, puede tener grandes beneficios no solo para prevenir sino también para reducir la severidad de estos síntomas.

     

    Así lo manifestó el fisioterapeuta Wilder Andrés Villamil Parra, especialista en Cuidados Intensivos y docente becario del Departamento de Movimiento Corporal Humano de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Bogotá.

    En su concepto, el ejercicio es un estímulo y un factor protector en la salud física y mental de las personas, que sin embargo es subutilizado por no saber cómo aprovecharlo.

    “Es una de las mejores herramientas para manejar la ansiedad y la depresión porque la tenemos a nuestro alcance, es eficiente tanto para prevenir como para intervenir sobre estas condiciones o síntomas, y lo más importante es que es de bajo costo”, señaló.

    Estas reflexiones fueron compartidas en el marco de la Semana de la Salud de la UNAL Sede Tumaco, en la conferencia “Ejercicio físico contra ansiedad y depresión”, en la que el experto también advirtió que los índices de personas que presentan estos síntomas han aumentado con la pandemia.

    Según expuso, se podría decir que el 100 % de las personas que se conectaron a esta Semana de la Salud han cursado en los últimos 5 o 6 días con algún momento de ansiedad o depresión, el cual podría estar asociado con carga laboral, preocupaciones económicas, incertidumbre o sobreexposición a la información sobre el COVID-19.

    Beneficios preventivos

    El propósito del ejercicio físico no es modificar las causas de los trastornos mentales, que pueden ser genéticas o de contexto, sino mejorar la calidad de vida de las personas que las padecen. Por otro lado, no entrará en conflicto con algún otro tratamiento, sino que contribuye a estos procesos y a prevenir otras enfermedades (cardiacas, metabólicas, musculares).

    Esto se da porque se mejora la descarga de hormonas betaendorfinas, dopamina, serotonina y acetilcolina, que generan bienestar, felicidad y un incremento de la autoestima. También disminuye la secreción de cortisol (hormona que provoca estrés), mejora la función cardiaca y respiratoria, aporta la energía que requiere el cerebro para trabajar, además de otros beneficios fisiológicos, metabólicos y psicosociales.

    Se ha encontrado que el ejercicio físico mejora síntomas de depresión, pérdida de apetito, ideación suicida, estrés postraumático, angustia, paranoia y enfermedades cardiacas, entre otros, señaló el especialista.

    Ejercicios adecuados

    El profesor Villamil alerta que “al utilizar este estímulo para tratar dichas patologías se deben tener en cuenta ciertos factores: si el ejercicio físico se desarrolla de forma inadecuada, con una mala prescripción o sin tener en cuenta los requerimientos, los objetivos y las metas del individuo, puede llegar a agudizar el cuadro de ansiedad y depresión”.

    Por eso es importante buscar que el ejercicio físico se articule con los gustos y preferencias de la persona. Por ejemplo, si a alguien no le gusta montar bicicleta y lo obligan, lo hará con desagrado y no facilitará esos procesos de descarga hormonal que dan bienestar, sino que se generará un efecto rebote que agudizará los síntomas.

    También se debe respetar la huella histórica del movimiento: si la persona nadó en su juventud, se debe motivar este ejercicio porque eso posiblemente potencializará los beneficios.

    Es importante promover no solo el ejercicio, sino la actividad física: “que en nuestro diario vivir nos paremos más, nos movamos más, subamos más por las escaleras… todo eso potenciará estos efectos”, señala el profesor Villamil.

    Además se deben manejar intensidades moderadas (entre 4 y 7 en una escala de 10) y procurar que sea prolongado (alrededor de 20 a 30 minutos) porque en ese tiempo se mejorará la respuesta cardiaca y pulmonar para garantizar que el oxígeno se transporte por todo el cuerpo.

    También se recomienda hacer ejercicios poco rutinarios y multimodales. Por ejemplo correr 10 minutos, hacer fortalecimiento muscular otros 10 y luego nuevamente correr, pues así se genera mayor motivación. Y siempre hacer entrenamientos de fortalecimiento del centro de poder o el core (abdomen), porque este influye de manera importante sobre el sistema respiratorio.

    Estas, entre otras recomendaciones, forman parte del libro Fisioterapia en salud mental, que trabajó el profesor Villamil con otros fisioterapeutas.