Según Rafael Barrera, director del Grupo Institucional de Danza Folclórica de la Universidad Nacional, "nosotros los folcloristas y los trabajadores de la música y las danzas tradicionales consideramos al maestro Abadía el investigador de la "biblia" tradicional folclórica, debido a que en cualquier investigación que deseemos emprender, por obligación, tenemos que basarnos en algunos de los trabajos precedentes del maestro".
Abadía Morales nació en Bogotá en 1912 y aunque adelantó estudios de Farmacia y Medicina en la Universidad Nacional de Colombia, su espíritu investigativo estuvo siempre ligado al conocimiento práctico del folclor, la cultura y los diferentes grupos indígenas del país, que posteriormente lo llevarían a abandonar su formación y convertirse en el referente intelectual de la temática, haciendo que los grandes maestros colombianos tradicionales de la época como Jacinto Jaramillo y Delia Zapata trabajaran a su lado.
Ese mismo interés por el conocimiento práctico lo llevó a vivir, hacia los años 30 y durante casi una década, en diferentes regiones del país donde adquirió un amplio conocimiento de diversas lenguas indígenas, que lo inspiraron para clasificar dichas tribus y sus respectivas familias lingüísticas.
Por cerca de 30 años, Abadía fue profesor de la UN, en donde dictó su cátedra sobre folclor colombiano a través de los programas de extensión y divulgación cultural. Tal vez uno de sus mayores legados para la Institución fue la creación del Museo Organológico del Conservatorio de Música, en donde se compilan todos los instrumentos tradicionales colombianos, haciendo un recorrido por las diferentes regiones del país e incorporando piezas del folclor de la razas negra e indígena, entre otras.
"El maestro fue una de las personas que más luchó por la cultura nacional desde el punto de vista purista y no desde el espectáculo", indicó el profesor Rafael Barrera.
"Abadía siempre estuvo en contra de las personas que venden el folclor como un show y que buscan solo la comercialización del mismo para descrestar turistas y calentanos, con el fin de conseguir dinero", dijo Barrera, quien expresó también el deseo perenne del folclorista por conservar la idiosincrasia y la esencia del pueblo campesino que, bajo ningún motivo, debería verse sometido al cambio de sus ritmos ancestrales y trajes típicos.
El libro máximo del Maestro es el Compendio General del Folclor Colombiano. También quedarán en los archivos y en la memoria de los colombianos la revista sobre folclor que editaba Colcultura y sus programas en la radio nacional que emitió aproximadamente hasta el año 55.
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