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Salud

Glifosato: baja percepción de toxicidad incrementa riesgo para la salud humana

    La exposición al glifosato puede causar irritación en la piel, los ojos y mucosas, así como náuseas, vómitos y mareos. En casos severos, ocasiona problemas respiratorios e incluso daño pulmonar. Expertos amplían el panorama sobre sus componentes y cuál es la población más afectada.

    La historia del glifosato en Colombia es larga. Desde hace décadas se ha utilizado como herramienta clave en la lucha contra los cultivos ilícitos, como los de coca. Su efectividad radica en su capacidad para eliminar una amplia gama de plantas y malezas al ser esparcido en los campos.

    En 2022 el Gobierno nacional adquirió un 1.316 canecas de 200 litros de glifosato, destinadas a erradicar unas 30.000 hectáreas de cultivos de coca. Sin embargo, detrás de su aparente eficacia, sus componentes químicos lo convierten en un veneno potencialmente dañino para el medioambiente y la salud humana, y la Organización Mundial de la Salud lo ha clasificado como altamente cancerígeno.

    Este “matamalezas” es un agente químico que se conoce como fosfonometriglicina, es decir que, entre otros componentes, tiene fósforo. En el programa Diagnóstico, de Radio UNAL, el médico Javier Rodríguez, de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), experto en toxicología, explica que este, como muchos plaguicidas, requiere de un “vehículo” para poderse aplicar y fijar en las plantas.

    “Dicho vehículo se debe disolver en una sustancia química que asegure que el producto tenga un mejor contacto y que así ejerza su efecto de herbicida, matando a la planta”, especifica el doctor.

    En algún momento como vehículo se utilizó el cosmoflux –un aditivo dilusor– y con los años se fueron alternando con otros que incluso tenían un efecto más tóxico. Sin embargo, en cuanto a su principio activo –el glifosato– erróneamente se ha considerado como de baja toxicidad.

    Su afirmación se basa en que “es usual que estas clasificaciones de plaguicidas se basen en cálculos de toxicidad aguda, mediante los cuales se evalúa principalmente si los modelos animales –como los murinos– mueren de manera inmediata. Hay otras pruebas que indican en qué otras dosis pueden ocasionar toxicidad en la sangre, en el sistema nervioso o que produzca mutaciones en las células que alteren la información genética”.

    Sus efectos

    Muchas veces las intoxicaciones y otros problemas que pueden venir por el uso de estos productos químicos suceden porque no se tiene presente que son intrínsecamente peligrosos y no se deben manejar sin una debida protección, como guantes, mascarillas y gafas.

    “Cuando los pacientes se intoxican con glifosato, en general no hay un deterioro o riesgos vitales, dichas afecciones suelen ser leves. Sin embargo, una cosa es la intoxicación aguda y otro el problema crónico que puede ocurrir a largo plazo, especialmente en el trabajador que maneja estos productos de forma frecuente”, explica el médico de la UNAL.

    Cabe destacar que en las diferentes regiones del país hay “jornaleros” que suelen ejercer su labor con mínimas medidas de protección, e incluso muchos de ellos no tienen seguridad social.

    Para el experto, “estas condiciones están asociadas con la posibilidad de desarrollar cáncer. Según los parámetros de la OMS, el glifosato fue categorizado dentro del grupo 2A, como posible carcinógeno para los humanos, sin embargo, no significa que por hacer usar la sustancia ocasionalmente se vaya a desarrollar esta enfermedad. El riesgo radica en las condiciones en que se usa y la periodicidad en que se hace”.

    Así, hace la claridad que todos los plaguicidas son potencialmente peligrosos y por eso se deben utilizar de la forma adecuada: “al hacerlo se debe pensar especialmente en la salud de las personas que están cerca al lugar y protegernos de cualquier tipo de riesgo en estos escenarios”.