Gestión metropolitana del agua evitaría desabastecimiento en municipios aledaños a Bogotá

El profesor John Williams Montoya Garay, del Departamento de Geografía de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), afirma que “la mayoría de los pozos no tienen un uso registrado, por lo que no se sabe en qué se usan, y para la que la gestión de este recurso sea óptima la información se debe actualizar”.

En cuanto a la normativa, una de las causas de que esto ocurra es que no existe una fiscalización y regulación adecuada, por lo que el control de agua no es sólido y algunos agentes privados extraen grandes cantidades sin hacer ninguna compensación correspondiente a este uso, por lo que en ocasiones caen en la clandestinidad.

Según la investigación realizada con la estudiante de Geografía Vanesa Alejandra Bolívar, el profesor Montoya menciona que el control de la gestión del agua en el Área Metropolitana está especialmente en la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAAB), lo cual genera un desbalance en la capacidad que tienen los municipios frente a la ciudad.

“El funcionamiento del sistema se hace al margen de una gobernanza del agua integrada y articulada, y esto genera dificultades en la gestión de este recurso en la región”, asegura.

En el Área Metropolitana de Bogotá viven alrededor de 1,2 millones de habitantes, por lo que el manejo de un recurso como el agua es fundamental para el buen funcionamiento de la vida diaria de estas personas, hoy en día llamado “gobernanza del agua”, que es la base para una gestión que tenga un mejor aprovechamiento de este recurso.

Por medio del sistema tecnológico ampliado (STA), que consiste en un análisis conjunto del manejo de aguas en tres ejes principales: natural, técnico y normativo, se identificaron los principales retos y características del manejo de agua en esta región.

El profesor Montoya indica que “hay una amplia oferta hídrica, principalmente en páramos, pero también en aguas subterráneas, por lo que el problema no es de disponibilidad del agua, sino de la organización en la disposición de este recurso”.

Se necesita un manejo transparente como el agua

A pesar de que los municipios periféricos son un mercado importante y creciente, no logran crear acueductos municipales robustos y siguen dependiendo del suministro de agua de Bogotá.

Un ejemplo señalado por el docente es el de Chía, municipio que aun siendo uno de los más prósperos de la Sabana, y con la población de más altos ingresos de la zona, siempre ha tenido problemas en el suministro de agua, dependiendo de las compras que tiene que hacer a la EAAB.

“En todos esos municipios las empresas de acueducto son pequeñas, si potabilizan lo hacen muy poco, la mayor parte la adquieren de la EAAB”.

Según el experto, al contrario de Medellín u otras regiones, Bogotá no tiene gestión metropolitana, lo que quiere decir que su relación con los municipios del Área Metropolitana es muy distante, y existe recelo entre la ciudad capitalina y los municipios.

“No tenemos un área metropolitana definida, la delimitación que existe en la reglamentación colombiana no es nada acertada, por lo que será necesario seguir investigando y encontrar las problemáticas y sus soluciones”, asegura el profesor Montoya.

Un tema importante que aborda es el manejo de aguas residuales, proceso de descontaminación de las aguas, el cual, según el profesor, “es un caos completo, en términos naturales, técnicos y normativos; aunque una de las estrategias es la construcción de plantas de tratamiento, ejemplos como el río Bogotá y sus afluentes muestran que el avance en la solución es muy bajo”.

Y añade que “se busca que en un futuro haya mejor infraestructura y estrategias que permitan la capacidad para el manejo o extracción de construcción de represas”.

La investigación se puede consultar en el siguiente enlace: https://revistas.unal.edu.co/index.php/rcg/article/view/93586