Fotogalería. Pepeaderos: círculo de vida en las aguas del Amazonas
Cuando la íwira está seca se revienta y las semillas que están recubiertas por algodón salen disparadas y los niños de la comunidad La Milagrosa, ubicada en la cuenca del río Amazonas, juegan a atrapar los copos en el aire. Fotos: Jeimi Villamizar.
Así luce el árbol de íwira o punga; sus semillas son consumidas por sardinas, palometas, sabaletas y lisas, entre otros peces.
En Leticia el consumo promedio anual de pescado es de 3.000 toneladas.
El río Amazonas es catalogado como un “río de aguas blancas”, nombre que se les da a los afluentes que se caracterizan por su alta turbidez y alto contenido de nutrientes.
Los pepeaderos –también conocidos como “várzeas”– se encuentran en los bosques que cada año son inundados por las aguas del río Amazonas.
Lo ideal es que en estas épocas las várzeas estén llenas de árboles con frutos que caen al agua, para que los peces que llegan a estas zonas encuentren alimento.
En la triple frontera los pescadores y pobladores comen pescado todos los días, por eso es importante volver a sembrar para que los peces vuelvan.
El huito es una de las semillas que más se produce en los pepeaderos de la comunidad La Milagrosa.
En toda la cuenca del río Amazonas se han identificado casi 120 especies de peces que se alimentan de pepas.
Ángel María Pijachi, tecnólogo forestal de la UNAL Sede Medellín, indígena ticuna del Km 6, trabaja en los viveros y el tratamiento de plantas “pepeaderos”.
Las frutas, semillas y nueces al caer al agua atraen a una gran variedad de peces como gamitanas o bagres, esenciales para la seguridad alimentaria de las comunidades amazónicas, y a la vez sustento de otras especies como delfines o caimanes.
Leticia y sus alrededores son de las zonas del país en donde más se consume pescado; por ejemplo, mientras en el interior una persona come unos 3 kg al mes, allí puede ser hasta 20 kg al mes, un dato que evidencia la importancia de conservar este recurso para la sostenibilidad y alimentación de las comunidades.
Durante 15 años se han adelantado proyectos para garantizar la prosperidad de la pesca en el Sistema Lagunar y quebrada de Yahuarcaca, cerca de Leticia, formada por 21 lagos y parte del río Amazonas. El trabajo incluye a 7 comunidades que hoy suman más de 3.500 pobladores, haciendo múltiples actividades para garantizar la “gobernanza pesquera y ambiental”.
La gobernanza es la capacidad que logren las comunidades para manejar el recurso sin que se acabe; por eso hace 10 años se fundó la organización TIKA, formada por los pescadores artesanales de los lagos, quienes en 2022 recibieron recursos de su primer gran proyecto del programa Visión Amazónica, en el cual la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Amazonia, a través del Grupo de Investigación en Limnología Amazónica, dirigido por el profesor Santiago Duque, fue clave para el manejo administrativo.
Dentro de la categoría de gobernanza pesquera y ambiental está el proyecto Pepeaderos, en el que se sincroniza casi de forma mágica el ciclo reproductivo de las plantas con el río, y entonces, mientras que el bosque no está inundado, las “pepas” se siembran como alimento para la comunidad, pero cuando este crece y todo se inunda, los arboles liberan las semillas que son fuente de alimento para los peces, que a su vez alimentan y sostienen la economía de los pobladores.