Fotogalería. Las serpientes de La Paz
Un dato curioso sobre la pedagogía que se aplica en la Sede –la más reciente construida por la UNAL en el país– es que el campus entero se ha convertido en un laboratorio, dejando atrás la idea de que la ciencia se tiene que enseñar en un sitio cerrado y exclusivo para ello.
Ahora, estudiantes y profesores aprovechan e interactúan con el campus entero, que al estar inmerso en área rural –la vía que conduce de Valledupar (capital del Cesar) al municipio de La Paz– ofrece encuentros ocasionales con la fauna, potenciando así el aprendizaje de todos.
Partiendo de esta iniciativa, los integrantes del semillero reciben en el Laboratorio de Biología los reptiles que ocasionalmente encuentran las personas de servicios generales, estudiantes o profesores del Sistema de Gestión Ambiental.
Tal vez los reptiles van en busca de alimento, o solo están de paso, pues hasta hace muy poco tiempo este espacio era su hogar y no saben que ahora sus vidas corren peligro, y que se acercan a los mayores depredadores de la naturaleza: ¡los seres humanos!
En general existen muchos mitos alrededor de las serpientes, incluso algunos ponen creolina, gasolina o sal al borde sus puertas para ahuyentarlas, desconociendo que su valor ecológico es fundamental para el control de roedores, por ejemplo.
Otro dato que se desconoce es que que en Colombia hay unas 270 especies, de las cuales el 18 % (48) son venenosas, y solo 5 de ellas representan un riesgo elevado para la vida de las personas.
Según el Programa Nacional para la Conservación de las Serpientes, esto da cuenta de la baja probabilidad que tenemos los humanos de tener un encuentro mortal.
Esta información y otros tips sobre el manejo de los reptiles son difundidos a la comunidad universitaria por los profesores Teddy Angarita y Santiago José Sanchez Pacheco, profesores de la UNAL Sede de La Paz, y los estudiantes del semillero que ellos lideran.
Se preguntarán, ¿qué hacen estos expertos de la UNAL con las serpientes que reciben?, primero, identifican la especie a la que pertenecen para saber las medidas de seguridad que se deben aplicar; después hacen un examen minucioso para saber su estado de salud, ya que algunas llegan con hongos o micosis, otras con ectoparásitos o garrapatas, e incluso preñadas.
Con el diagnóstico, les brindan los cuidados necesarios hasta su recuperación y respectiva liberación.
Todo este proceso les permite a los estudiantes de biología aprender a manipular y alimentar a este tipo de fauna; también les ofrece conocimiento sobre la taxonomía de las especies, y de paso controlar sus temores, rasgo básico de vida.