Fotogalería. Desechos lácteos, insumo para plásticos biodegradables
El proceso de fermentación puede cambiar según las propiedades del suero, como la proporción de azúcares y minerales. Fotos: Jeimi Villamizar, Unimedios.
Por medio de pequeños reactores el estudiante Rojas fermenta el suero con el fin de obtener el ácido láctico.
Con el proceso de fermentación se busca mantener el suero a la temperatura adecuada.
Este proceso dura alrededor de 3 días para lograr el punto de fermentación adecuado que permita separar el ácido láctico de mayor pureza.
La estudiante Cuervo pretende utilizar este ácido para continuar su proceso de polimerización usando el suero.
Inicialmente realizó pruebas del funcionamiento del microondas mediante un catalizador a diferentes tiempos, y así comprobó el aumento en la viscosidad.
El descubrimiento de la efectividad del microondas aceleró el proceso que antes realizaba en el laboratorio, pasando de 18 horas a solo 15 minutos.
Así luce el polímero después de 2 horas de enfriamiento.
Este es un polímero de prueba antes de pasarlo por el extrusor.
El proceso a gran escala se realizará en un biorreactor, o planta piloto de fermentación.
Por medio de un complejo sistema de microcontroladores se podrán mantener las variables en condiciones óptimas durante todo el proceso.
Columna de destilación para separar el ácido láctico en grandes proporciones.
Asimismo, la estudiante Cuervo, realiza otro novedoso proceso de polimerización a partir del ácido láctico, esta vez utilizando un microondas. Su reto es demostrar que las radiaciones electromagnéticas emitidas por el horno actúan sobre el material acelerando la reacción.
El resultado es un polímero compostable, elaborado de PLA, que se degrada aproximadamente en un año, a diferencia de los plásticos normales, que tardan hasta 300 años en descomponerse.
“Si el PLA se mezcla con la tierra se degrada en corto tiempo, pero si se deja en el ambiente puede durar hasta 10 años”, indican los investigadores.
Después del proceso químico sigue el mecánico, que es cuando el PLA ya ha reaccionado y se obtiene el polímero; para eso se macera con un “taladro” con aspas, después se mezcla para formar una película sólida que es la que se utilizaría en los empaques.
El convenio entre la UNAL y Alpina se dio gracias al Centro Méntor, articulador de talento y conocimiento que promueve, divulga y acelera proyectos de ciencia, tecnología e innovación de alto impacto, aportando soluciones a los desafíos económicos, sociales y ambientales de Bogotá - Región.
El siguiente paso será aumentar el volumen de producción del PLA mediante reactores que permitan fermentar 100 litros del suero; para la separación se utilizará una columna de destilación, y el microondas se reemplazará por un reactor para procesar cantidades más altas de ácido para ser polimerizado.