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Ciencia y Tecnología

Fotogalería. De la playa al laboratorio: papel hecho con algas

    ¿Usted habría pensado alguna vez en pintar o dibujar sobre algas? Investigadores de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) avanzan en la obtención de un papel elaborado a partir de sargazo, una alga marina marrón y viscosa cuya presencia descontrolada en el Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina afecta el turismo y la pesca, ya que dificulta la navegación, por ejemplo.

    Desde el Laboratorio de Macroalgas de la Facultad de Biología de la UNAL, el estudiante Diego Aguilera y la profesora Brigitte Gavio lideran esta iniciativa, cuyo objetivo es desarrollar un proceso semiindustrial para utilizar el sargazo en la fabricación de papel ecológico y encontrarle un uso alternativo que mitigue su impacto negativo. Hacia esa meta avanzan en colaboración con la Sede Caribe y otras instituciones, entre ellas la Gobernación del Archipiélago.

    El mar Caribe experimenta un fenómeno inusual: una afluencia extraordinaria de biomasa de sargazo en sus costas, evento que ya preocupa a la comunidad. Además tiene un impacto significativo en los ecosistemas marinos, incluyendo los pastos, los corales y las poblaciones de tortugas.

    “En Colombia hoy no existen iniciativas para aprovechar eficientemente el sargazo, por lo que las grandes toneladas que llegan a las costas generan un problema de contaminación por el mal olor que produce su descomposición; además son una peligrosa trampa para animales como las tortugas, que buscan retornar al agua pero quedan atrapadas entre esta maleza de algas”, señala el estudiante Aguilera.

    Aunque esta no es una idea nueva, dada la enorme cantidad de sargazo, aprovechar el potencial que este ofrece se ha convertido en una oportunidad para transformar un problema en una solución.

    Pese a lo reciente del proyecto ya se ha logrado elaborar papel compuesto de un 20 % de materia vegetal terrestre, en este caso coco, y un 80 % de sargazo, lo cual es un avance muy importante, ya que permite que las comunidades de lugares como el Archipiélago aprovechen los residuos de esta macroalga. Aunque por el momento se está en una fase de pedagogía y ensayos, en un futuro puede tener un gran potencial.