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Salud

Fonética mejoraría cirugía de labio y/o paladar hendido

En Colombia, cada año hay 1.000 nuevos casos de niños que nacen con labio leporino. Las cirugías especializadas para corregir esta deformidad son exitosas en la estética, pero algunas en el habla no. Un estudio realizado por la Universidad Nacional de Colombia y Operación Sonrisa Internacional demuestra que la fonética puede contribuir a mejorar el resultado obtenido durante el procedimiento quirúrgico.

El labio y/o paladar hendido (LPH) es una malformación congénita cuyas causas aún no se han determinado plenamente. Se presenta como una abertura en el labio o el paladar, o como una hendidura en ambas partes, que impide que la persona produzca y perciba ciertos sonidos de forma correcta, e incluso puede conducir a un posible problema en su aprendizaje.

La cirugía del paladar consiste en cerrar la comunicación existente entre la boca y la nariz que dificulta la pronunciación correcta de los sonidos, y en el caso del labio hendido se trata de reconstruir su músculo ya que resulta fundamental para que el paciente hable mejor luego del procedimiento quirúrgico.

En busca de evidencias objetivas

Para la fonoaudióloga Claudia Arboleda, las cirugías, que suelen ser varias en un paciente, deben realizarse entre los 12 y 18 meses de edad, es decir, antes de que la persona aprenda a hablar con errores en la articulación, ya que este defecto no solo se corrige en el quirófano sino con terapia de lenguaje.

Según el lingüista Roberto Perry, al parecer no hay consenso entre los médicos especialistas sobre cómo evaluar objetivamente el "triunfo" o "fracaso" de las cirugías denominadas tardías, con respecto a los resultados en la expresión verbal del paciente, más aún si se tiene en cuenta que muchos no presentan una mejora significativa en la inteligibilidad de sus palabras luego de haber sido operados.

Para contribuir a buscar estas evidencias científicas y alejarse de las impresiones "a viva voz" del resultado de la cirugía, la Fundación Operación Sonrisa Internacional e investigadores del Laboratorio de Lingüística de la Universidad Nacional realizaron un trabajo conjunto con el fin de analizar si un estudio fonético aplicado a población con LPH podía encontrar índices de degradación o mejoría en su comunicación oral.

Para cumplir dicho objetivo, se tomaron registros de habla de nueve niños entre los 7 y 13 años con esta malformación, antes de ser operados y un año después de la cirugía, a fin de hacer mediciones comparativas.

Fue necesario entonces digitalizar sus voces a través de un programa de computador con un despliegue visual que permite observar e interpretar aspectos como la frecuencia, amplitud, espectro y duración del sonido ya sea de una vocal, sílaba o palabra. Estas imágenes son llamadas espectrogramas acústicos, que son la descomposición de una señal de audio convertida en una gráfica.

Fonetistas al rescate de la voz

Los registros de habla fueron estudiados por el lingüista Perry, la antropóloga Lorena Ham y la fonoaudióloga Ángela Martínez, científicos de la Universidad Nacional. Los espectrogramas sirvieron para encontrar índices de lo que ocurrió con los sonidos luego de la cirugía.

Este tipo de análisis fonéticos son complicados, por eso se han hecho pocos experimentos similares en el mundo, señaló Perry: "El estudio que realizamos da indicios que, si bien no son irrefutables, muestran cómo y en qué aspectos exactos está progresando un paciente luego de la cirugía", precisó.
Las frases expresadas por los nueve niños seleccionados fueron sometidas a un riguroso examen técnico de comparación para identificar qué transformaciones sufrió el sonido después de la intervención médica: si eran más graves o agudos, si tenían una melodía más alta o baja o si su duración era más o menos prolongada antes o después. Esta observación condujo a un juicio intersubjetivo sobre lo que había o no mejorado en los casos analizados.

Los indicadores alcanzados se asociaron a factores inesperados luego de una operación, como el comportamiento anómalo de la laringe, exceso de nasalidad en el sonido, insuficiencia o escape de aire permanente por la nariz o por alguna fisura, entre otros. De igual manera, se hizo una evolución global sobre cómo hablaba el paciente, evidenciando la mejora o empeoramiento de la calidad de habla del individuo.

Lorena Ham explica que este trabajo podría contribuir a optimizar los resultados de una operación en la medida en que, con estas muestras, se pueden hacer comparaciones y análisis estadísticos que conlleven a saber con cuáles técnicas de cirugía se obtienen mejores resultados.

Mauricio Herrera, director médico de Operación Sonrisa Colombia, también destacó este aporte a los procedimientos quirúrgicos y su énfasis en el habla del paciente: "Muchas veces nos quedamos en el aspecto estético y se nos olvida que este factor es de vital importancia para la vinculación efectiva del individuo a la sociedad".

El estudio se presentó en el Congreso Internacional de LPH del 2009 en Fortaleza (Brasil), donde el prestigioso cirujano oral y maxilofacial hindú Krishnamurthy Bonanthaya, editor del Boletín de labio y/o paladar hendidos y anomalías craneofaciales, lo calificó como "esperanzador", dadas las dificultades de la comunidad médica para obtener mediciones objetivas en los resultados e intervenciones quirúrgicas de este tipo, en particular cuando se practican en pacientes de edad avanzada (7 años o más), y las cifras que señalan que cada dos minutos y medio nace en el mundo un niño con esta anomalía.