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Medioambiente

Falla Samaná Sur, posible causa de avenida torrencial en Antioquia

  • La avalancha afectó 12 viviendas y destruyó un puente peatonal y una escuela. Foto: cortesía Dapard.

  • La comunidad utilizó sistemas de alerta comunitaria. Foto tomada de: goo.gl/8qZm6S

  • Por su topografía, Antioquia es propensa a avenidas torrenciales. En la foto, la ocurrida en Salgar en 2015. Foto tomada de: goo.gl/ABRwVS

Una posible causa de la avenida torrencial ocurrida recientemente en la vereda Quebrada Negra del corregimiento de Puerto Venus, en el municipio de Nariño (Antioquia), es la Falla Samaná Sur, la cual cruza cabeceras de cuencas de ese territorio.

"La falla es horizontal en el terreno, por lo que desplaza rocas hacia un lado y hacia otro", explica el ingeniero geólogo Luis Hernán Sánchez Arredondo, profesor del Departamento de Materiales y Minerales de la Facultad de Minas de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.) Sede Medellín.

Actualmente no se conoce si la falla está activa, y para determinarlo se requieren estudios detallados de datación y estratigrafía sísmica, ya que en el pasado se pudieron haber generado cicatrices en unidades litológicas, que son rocas de composición química y mineralógica homogéneas.

Casi toda la zona Andina tiene problemas de estabilidad en el terreno. La mayoría de los municipios de Antioquia, como muchos otros en el país, están en zonas de laderas y en antiguos movimientos de masa o en áreas de inundación.

Es por esto que para prevenir el riesgo es fundamental que los  municipios elaboren estudios técnicos geológicos que apoyen los planes de ordenamiento territorial (POT), pues lo que generalmente se encuentra en ellos es información cualitativa.

"¿Existen datos de cuánto se ha desplazado la falla, se ha activado o no en los últimos 10.000 años? Esto debe ser cuantificado para poder estar preparados", agrega el profesor.

Explica que la geología debe identificar procesos activos y ocurridos durante los últimos 10.000 años, ya que estos "pueden volver a suceder en cualquier momento".

Riesgo latente

Las amenazas naturales, en especial las avenidas torrenciales, han sido una amenaza constante en Antioquia, por ser un departamento montañoso, con fuertes gradientes y corrientes. Estas han ocurrido en municipios como Andes, Ciudad Bolívar y Salgar.

En el Valle de Aburrá el riesgo por avenidas torrenciales es latente, debido a las condiciones del territorio: un valle profundo y estrecho con cuencas que se inician como corrientes de fuerte inclinación con recorridos cortos de alto gradiente y velocidad.

Así lo describe un estudio realizado en 2011 por el ingeniero geólogo José Humberto Caballero Acosta, profesor jubilado de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.) Sede Medellín.

Según el documento, en la subregión no hay suficiente registro de datos; sin embargo también menciona casos de avenidas torrenciales como las que se presentaron en las quebradas La Hueso, de Medellín, en 1984; Ayurá, en Envigado, en 1988; La Llorona, en La Estrella, en 2000, o La Valeria, en Caldas, en 2009.

Entre las recomendaciones está la de realizar planes de manejo de cuencas y de localización y reasentamiento de pobladores más vulnerables, con el fin de tener la información necesaria para adelantar evaluaciones de amenaza.

No obstante el problema es nacional. Municipios como Corinto (Cauca) y Mocoa (Putumayo) han vivido tragedias por cuenta de las avenidas torrenciales, malas experiencias de las que el país debe aprender porque "no hay metodologías lo suficientemente claras para evaluar", según el profesor Caballero Acosta, quien añade que "también se necesitan políticas".

Alertas tempranas, una necesidad

La avenida torrencial de Quebrada Negra afectó 12 viviendas, destruyó una escuela y un puente peatonal, pero no dejó víctimas ni desaparecidos, gracias a las alertas que emitieron los habitantes de la vereda El Piñal cuando notaron la turbiedad del río.

Esta emergencia enseñó "lo valioso que son los sistemas de alerta temprana comunitarios, porque hay un conocimiento del territorio, de los afluentes y los signos de alerta", menciona Estefanía Flórez, estudiante de la Maestría en Hábitat de la U.N. Sede Medellín.

La manera de actuar ante esta emergencia es destacable y muy importante como ejemplo para otras zonas del país, donde "hay una naturalización del riesgo y una tendencia a pensar que no es posible que ocurra algo solo porque hace mucho tiempo no sucede", agrega la investigadora.

En conjunto con Corantioquia, ella trabajó una investigación que permitió instalar sirenas y crear redes de llamadas para comunicar las alertas de riesgo entre los habitantes de Belmira, Caucasia, Caracolí, Donmatías, Gómez Plata, Tarazá, Zaragoza, Santa Inés y San Agustín (veredas de Andes), donde se realizaron cuatro talleres, dos simulaciones, un simulacro, un taller escolar y una feria ambiental.

Por su topografía, el país es propenso a las avenidas torrenciales, por ello, ante la situación, lo importante es trabajar en prevención del riesgo y no solo en la atención de los fenómenos, como ha venido sucediendo, según los expertos.