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Ciencia y Tecnología

Extraen tumor a un pez dorado

  • La operación se le practicó a Boguy, un pez dorado de cinco años de edad que tenía una masa en su cabeza. Fotos: Luis Palacios ' Unimedios.

  • El profesor Jaime Fernando González, de la Facultad de Medicina Veterinaria y de Zootecnia de la UNAL, atiende estos casos.

  • Antes de la cirugía se disuelve el anestésico en agua para que el pez lo absorba a través de su sistema respiratorio.

  • Las dos estudiantes extrajeron la masa de más de 3 g usando minipinzas y tijeras.

  • Después de extraer el tumor se pesa en una balanza analítica y se envía al laboratorio para practicarle un estudio histopatológico.

  • Cuando termina la cirugía, el animal se lleva a un tanque de recuperación, donde pasa por sus branquias agua sin anestesia.

La operación se le practicó a Boguy, un individuo de cinco años de edad y 54 g de peso que tenía una masa de 3,46 g en la cabeza, que si no se atendía a tiempo comprometería uno de sus ojos, al punto de perderlo.

El profesor Jaime Fernando González, de la Facultad de Medicina Veterinaria y de Zootecnia de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), cuenta que desde hace un tiempo la Facultad, y en particular el Grupo de Investigación en Toxicología Acuática y Ambiental "que él lidera" ha recibido al menos seis casos similares de peces enfermos por tumores.

El caso de Boguy llegó a manos de Camila Serna y Alejandra Restrepo, dos estudiantes de Medicina Veterinaria que adelantan su investigación en neoplasias, una masa anormal de tejido que aparece cuando las células se multiplican más de lo debido o no se destruyen en el momento apropiado.

Las neoplasias son benignas o malignas y se pueden retirar del pez para que este continúe su vida normal. El tumor de Boguy estaba afectando su estabilidad en el agua y su permanencia con otros peces en el acuario, ya que algunos de estos podían acercarse y molestar la masa sobre su cabeza.

Como lo explica el profesor González, aunque suene raro, las operaciones en peces para extraer tumores son similares a las de otros animales y humanos, y toma un poco más de media hora para salvar la vida de estos amigos acuáticos.

El procedimiento comienza con unos días de observación. Antes de la cirugía el paciente se somete a un ayuno de 12 horas y luego el anestésico se disuelve en agua para que lo absorba a través de su sistema respiratorio, es decir las branquias. Después el sistema nervioso comienza a deprimirse hasta llegar a un plano en el que no siente.

Mientras las dos estudiantes extraen la masa usando minipinzas y tijeras el animal está en la parte superior del tanque, y a través de una bomba el anestésico circula por una manguera hasta llegar a su boca y pasar por las branquias, para mantenerlo en un plano profundo. Este proceso les tomó a las estudiantes más de 19 minutos.

Cuando termina la cirugía el pez se traslada a un tanque de recuperación, donde pasa por sus branquias agua sin anestesia. Este acuario, en particular, mantiene una temperatura de entre 27 y 28 oC para que los fármacos se metabolicen en el cuerpo.

"Sacamos el pez varias veces hacia la superficie, donde el flujo de oxígeno es mejor", comenta la estudiante Serna, quien esperó más de 14 minutos para que el pez empezara a boquear y a despertar del efecto de la anestesia.

Después de extraer el tumor se pesa y se envía al laboratorio para practicarle un estudio histopatológico que permita identificar la clase de tumor. En este proceso participa la profesora Lucía Botero, encargada de diagnosticar qué tipo de tejido proliferó en el animal.

"Hemos tenido fibromas que suelen ser benignos, pero que infortunadamente pueden volver a crecer. También hemos atendido melanomas cancerígenos, que se caracterizan por la presencia de lesiones pigmentadas de color negro que afectan la piel y ocasionalmente la musculatura del animal", comenta la docente.

Otra de las enfermedades atendidas por el grupo de investigación son los leiomiosarcomas, cuando el tumor compromete músculo liso, que es el que está en los vasos sanguíneos y en el tracto digestivo que empieza a crecer descontroladamente por el organismo del animal.

"Hemos tenido casos en los que el tumor ha invadido el ojo y es necesario sacar no solo la masa sino también el ojo, un procedimiento que se conoce como enucleación ocular; los animales pueden sobrevivir con un solo ojo, siempre y cuando se tengan cuidados después de la cirugía", concluye la docente.