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Salud

Estudio muestra cómo funcionan los ojos en la Lengua de Señas Colombiana

    ¿Se ha preguntado cómo algunas personas logran entender y comunicarse fluidamente en lengua de señas? Un experto en neurociencias de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) evidenció que la respuesta está en los ojos y la experiencia, que cambia la manera como se perciben las señas, haciéndolo todo más fácil para quienes ya dominan esta lengua.

    Henry David Tovar Ríos, magíster en Neurociencias de la Facultad de Medicina de la UNAL, realizó el primer estudio de su tipo sobre la Lengua de Señas Colombiana (LSC), en el que analizó como los ojos y el cerebro procesan la información visual y lingüística de este tipo de comunicación, lo que lo hace particularmente valioso dado que las lenguas de señas varían significativamente entre países.

    “La idea surgió de querer analizar cómo se dan los procesos cognitivos de las personas sordas en temas de procesamiento atencional, que permite seleccionar y concentrar nuestros recursos mentales en una determinada información”, señala el experto.

    En su investigación utilizó la tecnología de seguimiento ocular conocida como eye tracker, que permite determinar hacia dónde se dirige la mirada y cuánto tiempo se fija en un determinado punto. Estos datos le permitieron analizar los patrones de mirada de 50 personas expertas y no expertas en lengua de señas.

    “El uso del eye tracker permite describir mejor los procesos de percepción y atención visual según las características mismas de las lenguas de señas, por ser una lengua visual-gestual-espacial”, precisa el magíster.

    Para su estudio el investigador dividió a los 50 participantes en 3 grupos: 14 personas sin conocimiento previo de lengua de señas, 21 personas que habían tenido algún acercamiento con la lengua, y 15 expertos con al menos 8 años de experiencia.

    Para las pruebas recurrió al Laboratorio Interdisciplinario de Investigación en Comunicación, Cultura y Cognición de la Facultad de Ciencias Humanas, en donde realizó una sesión de 40 a 55 minutos con cada uno de los participantes, que incluyó una encuesta inicial, una prueba cognitiva estandarizada y el experimento principal con el eye tracker.

    En el experimento los participantes observaron 31 estímulos de señas individuales como “papá”, “mamá”, “familia”, “salud”, cada uno con una duración aproximada de 1 segundo.

    “Las señas se seleccionaron con cuidado, incluyendo especialmente señas básicas y comunes, con algunas excepciones más complejas. Entre cada estímulo se presentaba un punto de calibración para asegurar la precisión del seguimiento ocular”, señala el investigador.

    Caracterización de la atención visual selectiva durante la tarea de reconocimiento de lengua de señas. Clip: Henry David Tovar Ríos, magíster en Neurociencias de la UNAL.

    Este método permitió establecer las diferencias en los tiempos de fijación visual entre los 3 grupos. Por ejemplo, al observar el área de las manos, quienes no tenían conocimiento de la lengua promediaron 791 milisegundos, los principiantes 668 milisegundos y los expertos solo 404 milisegundos.

    Los expertos mostraron tiempos de fijación significativamente más cortos en las áreas de interés, en especial las manos, en comparación con los inexpertos y que no señan o que no dominan la LSC.

    La explicación que da el magíster Tovar es que las personas expertas en LSC requieren menos tiempo para procesar la información visual, probablemente por su familiaridad con la lengua y su habilidad para identificar rápidamente los elementos lingüísticos relevantes.

    “También evidenciamos que la dilatación pupilar, un indicador de carga cognitiva, fue menor en los expertos, lo que indicaría que el procesamiento de la información en estos individuos es menos demandante en términos cognitivos. Lo que vemos aquí es que la información concuerda con la hipótesis de que la experiencia en la LSC reduce la carga cognitiva asociada con su interpretación”, agrega.

    El investigador también resalta la importancia de seleccionar adecuadamente los estímulos al utilizar tecnologías de análisis de la LSC, ya que diferentes tipos de estímulos pueden alterar los patrones de procesamiento visual.

    “Estas diferencias se deben considerar en futuros estudios, especialmente aquellos que buscan aplicar estos hallazgos al aprendizaje de la LSC en niños, quienes se podrían beneficiar de una mejor comprensión sobre cómo optimizar la enseñanza basada en estos patrones cognitivos y visuales”.