Estudio destaca necesidad de moderar el uso de antibióticos para mejorar calidad de la leche
Pese a que las fincas estudiadas cumplieron con el valor nutricional en sus productos, el 61 % presentó problemas de salud en las ubres de las vacas. También se identificó la oxitetraciclina como la base farmacológica más común, usada con frecuencia para tratar enfermedades infecciosas, especialmente mastitis.
Uno de los principales indicadores de calidad en la leche es la presencia de inhibidores, que es cualquier sustancia química o biológica que ingrese al organismo del animal –como pesticidas, antiparasitarios y antibióticos, estos últimos utilizados en la ganadería con fines terapéuticos o promotores de crecimiento–, y que cuando no se administran bien pueden quedar como residuos en la leche poniendo en peligro la salud pública y la seguridad alimentaria.
En Colombia la regulación de la leche cruda es clara en este aspecto. El Decreto 616 de 2006 establece que la leche contaminada es aquella que contiene sustancias extrañas en cantidades superiores a las permitidas por normas nacionales e internacionales. Este tipo de leche no se debe comercializar, ya que el consumo de antibióticos a través de alimentos puede contribuir al desarrollo de resistencia antimicrobiana en los animales y en los seres humanos, lo que puede llevar a infecciones más difíciles de tratar y a un aumento en los costos de atención médica.
Ante los avisos de calidad, Diana Carolina Coca Lemos, estudiante de Zootecnia de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Palmira, identificó y evaluó las prácticas en el uso de antibióticos en 100 fincas lecheras –con historial de contaminación por inhibidores– en los municipios de Yarumal, Santa Rosa de Osos, San Pedro de los Milagros, San José de la Montaña, Abejorral, Bello, Belmira, Carolina del Norte, Don Matías, Entrerríos, La Unión y San Antonio del Prado, trabajo dirigido por el profesor de la Sede Sanín Ortiz Grisales.
La metodología empleada incluyó la caracterización de cada finca mediante una encuesta presencial con 25 preguntas que exploraban desde el manejo de enfermedades en el ganado hasta las prácticas de almacenamiento de la leche y uso de medicamentos. Además, se realizaron visitas técnicas para inspeccionar las instalaciones y asegurar el correcto manejo de insumos. Los datos recolectados se analizaron mediante estadística descriptiva, lo que permitió identificar patrones y errores comunes en las prácticas de los productores.
Los resultados del estudio revelaron que el uso de antibióticos sigue siendo frecuente y, en muchos casos, inadecuado. Esto se debe en parte a la falta de control en la venta de estos medicamentos, que pueden ser adquiridos sin receta médica en almacenes agropecuarios. Además, la investigación identificó la mastitis como la enfermedad más común en el ganado lechero, lo que motiva el uso intensivo de antibióticos.
El análisis mostró que el 100 % de las fincas cumplen con el valor nutricional esperado. Sin embargo, el 31 % presentó unidades formadoras de colonias por encima del umbral de 100.000, lo que indicaría problemas higiénicos y deficiencias en la rutina de ordeño y almacenamiento. El 61 % exhibió un recuento de células somáticas superior a 400.000, lo que sugiere problemas graves en la salud de la ubre o glándula mamaria, que se relaciona con infecciones y condiciones sanitarias inconvenientes.
También se identificaron diversos factores de riesgo asociados con el manejo de estos fármacos y el período que transcurre desde que el animal recibe la última dosis del fármaco hasta que la leche puede ser apta para consumo: prácticas como el retiro incompleto de animales tratados, errores en la identificación de tiempos de retiro y dosificación excesiva de antibióticos. En particular, se observó que el 29 % de los casos de animales no identificados durante el retiro y la falta de registros adecuados reflejan una gestión deficiente que contribuye a problemas en la calidad de la leche.
“La leche con residuos de antibióticos no debería llegar al consumidor final, y por eso también es importante que como consumidores identifiquemos la trazabilidad de los alimentos, comprar productos verificados en calidad”, señala la investigadora. En la mayoría de los casos, estos productos son desechados, lo que representa pérdidas para los productores.
La leche es uno de los alimentos más consumidos en Colombia y el mundo por su alto valor nutricional. La estudiante Coca considera que el consumo de leche y sus derivados tiene bondades nutricionales inmensas, por eso afirma que “como profesionales en el sector agropecuario tenemos un gran reto: fomentar su consumo. Si lográramos que los colombianos aumentaran el consumo de leche de calidad, se resolverían los problemas económicos de miles de familias ganaderas”.
Respecto a la crisis leche en Colombia, señala que “el país debe tener soberanía láctea y se deben comenzar a desarrollar modelos de negocio más favorables y alternativas de industrialización que beneficien a todas las partes involucradas en la cadena productiva”.
Al cierre del proyecto se entregó un “Manual de buenas prácticas” –elaborado específicamente para los productores y técnicos agropecuarios dedicados a la ganadería de leche en esta región del país–, el cual proporciona directrices claras sobre el manejo adecuado de los antibióticos y otros inhibidores; también 3 pósteres informativos para reforzar estos conocimientos en el campo.