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Según el herbario de la Isla, existen cerca de 46 plantas utilizadas por los nativos para curar sus enfermedades, porque son conscientes de las limitaciones que tiene el sistema de salud para algunos habitantes que no pueden acceder a los servicios médicos.
Entre las plantas medicinales más aprovechadas por sus propiedades curativas están Marygold, para aliviar la gripa en los bebés; Fisick-nut (higuerrilla), para reducir problemas cardiacos; Man to Man, que limpia las úlceras, y Congolala, que ayuda a combatir la debilidad corporal.
El conocimiento tradicional de las comunidades raizales de las islas de San Andrés y Providencia ha sido transmitido de muchas maneras: a través de su lengua, el creole, de sus bailes y de sus comidas. No obstante el uso ancestral de las plantas medicinales no se encuentra hoy tan arraigado entre las nuevas generaciones caribeñas.
Por tal motivo, la Universidad Nacional de Colombia (U.N.) Sede Caribe y el Jardín Botánico de la Isla adelantan procesos de inclusión de enseñanza sobre las plantas y sus usos, al tiempo que se están creado nuevos vínculos para que los habitantes de San Andrés tengan otra motivación para acercarse a la Institución.
El profesor Jairo Medina, biólogo y director del Jardín Botánico de la U.N., explica que "lo que se pretende como Universidad es realizar proyectos que ayuden a la comunidad a comprender su entorno, y qué mejor manera que empezar por los estudiantes de los colegios públicos de la Isla".
"En el Jardín Botánico tenemos una variedad de plantas aromáticas y medicinales y así empezamos explicándoles a los niños cuáles eran sus funciones, que conocieran cómo sembrarlas para que luego puedan hacer una huerta casera", manifestó el biólogo.
Según el director del jardín Botánico, con estas jornadas lúdico- académicas se contribuye a que los menores adquieran un conocimiento que va más allá del acercamiento con la U.N., porque ellos en sus colegios han perdido espacios: "aquí en San Andrés viven encerrados, no hay a dónde salir, no hay mucha interacción con su entorno, han perdido el contacto con lo natural y en los colegios no se explora eso con su parte cultural", agregó el docente.
Cuando vienen los niños, tratamos de canalizar su energía por medio de actividades relacionadas con las huertas. Aquí también se acercan a los proyectos de investigación y se dan cuenta de que lo que se aprende es muy útil; de hecho, ellos hablan de ciencia en sus proyectos cuando tiene contacto con los investigadores.
Esta iniciativa comenzó en el segundo semestre de 2017 y hasta el momento los estudiantes se han apropiado del Jardín Botánico, el cual es visitado tres veces por semana.
La U.N. es de todos
Con este tipo de iniciativas de acercamiento se busca que la mayoría de los 600 bachilleres que salen anualmente vean en la U.N. una gran opción para estudiar: "muchos tienen la percepción de que quedarse en San Andrés es ser un perdedor, porque viven en un isla, pero ya se está rompiendo un poco ese paradigma. En San Andrés se presentaron 220 bachilleres al examen y pasaron 79", comentó el directivo.
El académico de la U.N. precisó que "si las iniciativas con menores se siguen estimulando desde el simple conocimiento de un planta ancestral que les ayuda a superar un mal, se les estará enviando el mensaje de que ellos también tienen la oportunidad de estudiar, que la U.N. es su Universidad, y que esta Sede se convierte en una fase para que luego ellos se trasladen a otras en Bogotá, Tumaco, Amazonas, Palmira, Manizales y que terminen sus estudios en la mejor universidad del país".