Estudiante de la UNAL Sede Amazonia, una de las observadoras de la COP28
Yohanna Pantevis formó parte del grupo de mujeres observadores de la COP28.
Uno de sus objetivos fue presentar el trabajo de la UNAL Sede Amazonia en ls región.
Se resalta la importancia de conservar y proteger el Amazonas.
En la COP28 se acordó transitar a energías limpias.
Yohanna Pantevis en su presentación en un evento paralelo en la COP28
Los países participantes en la reciente Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP28) acordaron reforzar sus acciones para detener la crisis climática que enfrenta el mundo. Uno de los logros de la cumbre consistió en el compromiso de los gobernantes para iniciar una transición hacia energías limpias dejando atrás el uso de combustibles fósiles.
La decisión no podía pasar desapercibida, pues cuando los combustibles fósiles –petróleo, gas, carbón– se queman liberan dióxido de carbono (CO2) y otros gases de efecto invernadero que impactan directamente en el cambio climático. Según la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA), en USA la quema de combustibles fósiles es la principal fuente de emisión de CO2.
Mientras los líderes del mundo discutían una decisión tan fundamental para el mundo, la estudiante Pantevis tuvo la oportunidad de estar presente como observadora en las reuniones gracias al apoyo de Hanns Seidel Stiftung, entidad que le otorgó una beca a la estudiante de doctorado para participar como la delegada de Colombia en el escenario internacional acompañando el cuarto eje de la COP28.
“En la Amazonia hay comunidades indígenas y ribereñas que tienen un modo de vida distinto al occidental, en el cual logran, a través de su conocimiento del medioambiente, tener estilos o formas de vida con pocos impactos en el cambio climático. Pero esas comunidades también están en riesgo por la presencia de grupos armados que impulsan economías ilegales. Por eso es importante llevar estas realidades a estos espacios”, afirma la estudiante Pantevis.
Y justo con esa intención, la futura doctora en Estudios Amazónicos presentó, en un espacio paralelo a la COP28, su exposición en la cual dio a conocer al público internacional qué es la Sede Amazonia y el Centro de Pensamientos de la Amazonia, un espacio que contó con la participación del eurodiputado Markus Ferber.
Desde allí presentó cómo, a través del Programa Especial de Admisión y Movilidad Académica (Peama) ha tenido impactos positivos en el desarrollo de la región, en donde sus egresados han llegado a ocupar incluso puestos estatales como la Dirección de la Corporación para el Desarrollo Sostenible del Sur de la Amazonia.
“Esto era importante mencionarlo porque es una forma de fortalecer las capacidades locales para que las personas de la región puedan tener una voz y acceder a las decisiones que se tomarán en un futuro para su territorio”, apunta.
Un hecho que cobra relevancia por el papel fundamental que juega el Amazonas en la producción y absorción de CO2, pero que actualmente enfrenta una gran amenaza: la deforestación. Y aunque el Instituto de Hidrología ha señalado que en Colombia hasta un 70 % la tala de árboles en esta zona del país, no sucede lo mismo en Brasil, que ha presentado aumentos de hasta el 54 %.
“En ese orden de ideas se presentó el Centro de Pensamientos Amazónicos como una iniciativa que busca acercar la producción científica a las personas con la intención de generar un vínculo entre la política y la sociedad. Por eso generamos artículos cortos, series de podcast u otras producciones que nos permitan tener una visión local frente a un tema específico como el cambio climático”, señala.
Para ella es importante dejar de pensar la región Amazónica como un territorio homogéneo y pensarlo como un lugar lleno de diversidades. “Hay diferentes ecosistemas, formas de vida y comunidades indígenas, pero también hay centros urbanos que no tienen acceso al agua, a la salud o la educación, y es importante solucionar estos problemas”, concluye.