Estrategia de la NASA reduciría los riesgos de construir edificios defectuosos
Creado en Estados Unidos, el modelado de información de construcción (BIM) es un avance tecnológico que tomó fuerza en los años setenta. Consiste en la posibilidad de llevar los planos tradicionales de dos dimensiones a una tercera dimensión (3D), de manera que el edificio se puede tener digitalmente antes de construirlo; aunque los costos de su implementación inicial pueden ser elevados, a futuro el sistema trae múltiples beneficios.
Camilo Martínez Guevara, magíster en Construcción de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), quien hace 14 años trabaja con este tipo de avances, menciona que “aunque en el país se ha hablado mucho del tema, el ritmo de trabajo es muy lento, hay un desfase entre lo que se planea y lo que se ejecuta, es decir que se tienen los modelos en 3D pero los obreros o constructores no saben cómo usarlos y la obra termina haciéndose de manera artesanal; en otras palabras: es tal el atraso, que la llamada industria de la construcción 4.0 no llega ni al 1.0”.
Por ejemplo, recuerda el caso de la torre La Escollera, en Cartagena, que aunque en su momento iba a ser el edificio más alto del país, sufrió una inclinación que amenazó con un posible colapso por lo que tuvo que desmontarse y cancelar su avance. Esto se hubiera podido evitar con la tecnología BIM y las herramientas que propone el magíster.
Según la Cámara de Comercio de Bogotá, en la capital hay cerca de 69.000 constructoras, de las cuales alrededor del 50 % ya está implementando esta tecnología, un número muy grande que interesó al magíster.
Por medio entrevistas y encuestas a obreros, constructores, diseñadores y arquitectos, el investigador halló un factor común en todo lo que le contaban: las edificaciones no están trabajando de lleno con la tecnología BIM, y una de las razones es el desconocimiento de su potencial como herramienta de trabajo, además del desinterés de las empresas porque no ven la necesidad de hacer estos cambios.
Ante estas dificultades, el magíster posó su mirada sobre el campo de la aeronáutica, sí, ese mismo del que la NASA forma parte. Esta importante entidad desarrolló una herramienta llamada “gemelos digitales”, que consiste en tener en computador una réplica de la nave en la que van los astronautas, para que, en caso de un falla o error con alguna parte o de funcionamiento, se les indique a los tripulantes cómo resolver el problema.
Piense en un edificio, los expertos han logrado que con una serie de programas computacionales se tenga un modelo en 3D que alerta inmediatamente sobre un error en el proceso de construcción de algún sistema; aunque el método se probó con una estructura, es escalable a cualquier sistema de una edificación.
“Esto se puede realizar con sensores que no cuestan más de 20.000 pesos, con los que se puede obtener información rápida sobre el paso a paso de la construcción; incluso algunos se introducen en los moldes o formaletas en que se funde el concreto para muros, vigas, columnas o losas y arrojan datos sobre el endurecimiento del material, lo cual determina su calidad y resistencia, y por ende de la edificación”.
“La herramienta forma parte del diseño de una edificación y podría ahorrarle tiempo y costos a las constructoras, ya que antes de comenzar la obra sabrían si sus procedimientos son los correctos, y aportaría información para futuros proyectos”, explica el magíster.
Añade que “los gemelos digitales ya se han implementado con éxito en industrias como la automotriz, en la que una parte importante del proceso se planea con estos avances tecnológicos; también en la administración de edificaciones, mas no en la construcción, en la que otros problemas –como la subida del precio de los insumos en otros países y la pandemia– agudizaron la falta de acción y el atraso”.
El código de programación de los gemelos digitales para construcción es de libre acceso y se espera que tanto las empresas de este sector como cualquier persona interesada puedan aprovecharlo. Es una herramienta que en otros países ha demostrado mucha utilidad, y con la que Colombia da un importante paso para avanzar poco a poco en tener edificaciones más seguras y duraderas.