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Salud

Estética y seguridad se logran con nueva técnica quirúrgica

    En cirugía plástica reconstructiva, los colgajos se utilizan para restaurar la forma, función y apariencia de áreas afectadas por quemaduras severas, heridas profundas y casos complejos como tumores. El Servicio de Cirugía Plástica de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) desarrolló una novedosa técnica denominada “colgajos de nanoperforantes ubicuas de localización aleatoria”, que disminuye los tiempos quirúrgicos, es más práctica para los médicos y da mejores resultados estéticos para los pacientes.

    Los colgajos son cualquier segmento de tejido movilizado de un sitio a otro que preserve su propia fuente vascular (o irrigación sanguínea), y los cirujanos plásticos los utilizan como herramientas para resolver defectos de cobertura de piel.

    En busca de nuevas técnicas con mayores beneficios, el profesor Oswaldo Javier Gómez Díaz, médico especialista en Cirugía Plástica de la Facultad de Medicina de la UNAL, creó esta novedosa técnica, más versátil, que representa un “as bajo la manga” para los médicos ya que les permitir resolver con mayor facilidad problemas reconstructivos de todo tipo.

    Para desarrollar la técnica, el doctor Gómez le introdujo una serie de modificaciones al “colgajo Keystone”, en el cual se diseñan colgajos en isla (sin preservar puentes de piel), en forma de piedra angular y permite distribuir la tensión del cierre de la piel, transformando los vértices de estos triángulos en una Y (cierre V-Y).

    Su pupilo, el doctor Daniel Alejandro Espinel Pinzón, especialista en Cirugía Plástica de la UNAL, destaca que “lo que vemos en esta técnica es que no se requiere de un vaso sanguíneo grande entre el colgajo, ya que el pedículo o fuente vascular puede estar conformado por muchos vasos pequeños (para los que acuñamos el término de nanoperforantes o microperforantes) que se pueden ubicar en cualquier parte del colgajo sin que esto ponga en riesgo su sobrevida”.

    Otro cambio introducido por el especialista Espinel a esta técnica es el diseño libre que, según explica, “lo que se hace es adaptar la forma del colgajo a los diferentes accidentes para esconder mejor la cicatriz y siempre se usa piel local para lograr mejores resultados estéticos”.

    Explica además que “muchas veces para trabajar defectos de gran complejidad se contempla la técnica ‘transferencia de tejido libre’, que consiste en hacer un tipo de autotrasplante tomando tejido de sitios distantes al defecto. Es decir, si una persona tiene un defecto importante por un tumor, se toman colgajos del muslo con vasos sanguíneos y finalmente se trasplanta a la cara. En procedimientos sencillos, se utilizan injertos de piel donde se toma una lámina delgada de piel sana y se ubica en el defecto”.

    “La transferencia de tejido, además de ser una intervención compleja, puede tomar tiempos quirúrgicos muy largos cuyos resultados estéticos no siempre son los mejores. Lo mismo pasa con los injertos, aunque el procedimiento es más sencillo la cicatrización es de mala calidad”, indica.

    Evaluación de la técnica

    En su investigación, el doctor Espinel evaluó un grupo de 150 pacientes sometidos a esta técnica, lo que resultó en un total de 211 colgajos utilizados para abordar 184 defectos, la mayoría de los cuales se relacionaban con tumores y traumas causados por accidentes automovilísticos, mordeduras de perros y otros incidentes.

    “Como resultado de los análisis obtuvimos que en los colgajos se presentó una tasa de necrosis (muerte del tejido corporal) completa del 1,9 %, es decir que en el 98,1 % restante tuvimos necrosis parcial solo en el 9 % de los colgajos, una tasa de sobrevida muy alta”, dice el especialista.

    También se evaluó la complicación de las dehiscencias en las que se abren las heridas quirúrgicas y ocasionan efectos residuales. Con 18,5 % esta se identificó como una de las complicaciones más frecuentes, por encima de la necrosis parcial o total que tuvo una incidencia de 10,9 %.

    “Los resultados de la aplicación de la técnica son iguales o mejores en términos de sobrevida frente a la técnica de transferencia de tejido libre, por ejemplo, con resultados cosméticos superiores. Esta técnica nos permite hacer colgajos muy versátiles reconstructivamente, su costo-beneficio es acorde, y lo mejor de todo es que los especialistas que la quieran aplicar no necesitan un entrenamiento especial”, subraya el doctor Espinel.