Escudo de la República de Colombia Escudo de la República de Colombia
/“La paz en Colombia: de los escritorios a los territorios”, nuevo especial de Periódico UNAL
Política y Sociedad

“La paz en Colombia: de los escritorios a los territorios”, nuevo especial de Periódico UNAL

    Desde el próximo domingo 9 de octubre, Periódico UNAL, principal medio de comunicación de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), les ofrece a los colombianos la oportunidad de conocer más de cerca cómo ha llegado la paz a algunos territorios del país de la mano de la academia, la ciencia y las comunidades. Una muestra del importante trabajo realizado por la Universidad se puede apreciar en este especial.

    Bombillas led que iluminan a las víctimas de desplazamiento forzado en Bello (Antioquia), una mosca soldado negra que puso a marchar a los reincorporados de Icononzo (Tolima) o cómo el sacha inchi se ha convertido en un fruto prodigioso y en el salvavidas de excombatientes en Arauca, son algunos ejemplos concretos de la apuesta de la UNAL para hacer que aquella paz firmada hace seis años entre el Estado y las FARC transite de los escritorios a los territorios.

    En este tiempo, la universidad pública más importante del país, con nueve sedes, ha llegado a los lugares más recónditos para acompañar a las comunidades a solucionar sus necesidades a través de una de sus principales herramientas: el conocimiento, y con la participación de unos importantes aliados: sus docentes y estudiantes.

    Por ejemplo, el resultado de este trabajo se evidencia en el desarrollo de un dispositivo para detectar nitrato de amonio, un compuesto químico usado por los grupos armados en la elaboración de minas antipersona y que dificulta su detección.

    Ante el horror y el dolor que generan estas minas, Lorena Cardona, doctora en Ingeniería de Sistemas e Informática de la UNAL, asumió el reto de plantear una solución que le aporta al país, pues aún 447 municipios colombianos están sembrados con estos dispositivos letales –por los que alrededor de 9.000 personas en el país han perdido sus piernas–, a pesar de que su uso está prohibido por el Derecho Internacional Humanitario.

    Con el prototipo diseñado por ella, los colombianos podrán dar pasos seguros, máxime cuando el campo es el escenario donde día a día trabajan los firmantes de la paz para rescatar sus saberes y tradiciones y con ello tener un presente y un futuro promisorio lejos de las armas.

    En Arauca, Wladislava Aguirre, quien durante 20 años fungió como médico de las FARC, encontró en el sacha inchi, un fruto en forma de estrella, una tabla de salvación que ha iluminado su vida y la de varios reincorporados como él, que se han vuelto expertos no solo en su cultivo sino también en su transformación.

    “Nosotros éramos expertos en cultivar este prodigioso fruto, pero no sabíamos cómo transformarlo”, relata.

    Su caso muestra una problemática en el país, y son los obstáculos para transformar los cultivos, por eso llegar con herramientas y habilitar espacios de aprendizaje fue la oportunidad que vio la UNAL Sede Orinoquia, junto con la Fundación El Alcaraván y el SENA, de capacitar a los sachacultores por medio del diplomado Agroindustria de Sacha Inchi, cuyo resultado ha sido tangible y sorprendente.

    Sin duda alguna, pasar de los escritorios a los territorios permite entender las necesidades de las comunidades y acompañarlas en esos procesos mancomunados, en los que todos intercambian saberes, se apropian del conocimiento y son replicadores en sus entornos.

    Así lo corrobora María Elizabeth Puerta, de 43 años, una de las líderes beneficiarias del programa “Incluminación”, creado por la Facultad de Arquitectura de la UNAL Sede Medellín, que les brinda una alternativa de luz y fuente de energía solar a una parte de las viviendas del municipio de Bello (Antioquia) que no cuentan con servicios públicos óptimos. Ella asistió a todas las capacitaciones, y por eso hoy ayuda a sus vecinos cuando tienen problemas técnicos y así no dependen de estudiantes o profesores para solucionar inconvenientes que los pueda dejar sin luz.

    El profesor Juan Enrique Torres Madrigal, magíster de la Facultad de Arquitectura de la UNAL y líder de este programa, considera que “el mayor impacto de este proyecto no ha sido el económico o que las personas ya tengan un recurso como el de la luz, sino despertar en ellas las ganas de hacer cosas en comunidad y saber que sí pueden, pese a que hayan sido víctimas del conflicto armado, ya sea por las FARC, el paramilitarismo o las bandas criminales”.

    Esta es una pequeña muestra de un amplio trabajo que incluye iniciativas como la creación del Laboratorio de Paz Territorial de la Sede de La Paz, que potencia la innovación de las comunidades para gestionar la paz local; el Observatorio de Frontera, Territorio y Paz de la UNAL Sede Orinoquia, que junto a las Naciones Unidas ha acompañado a las mesas de víctimas de los municipios de Puerto Rondón y Cravo Norte en la elaboración de informes sobre hechos victimizantes presentados ante la Justicia Especial para la Paz (JEP); el fortalecimiento de alianzas con organismos locales e internacionales y entidades del Estado como la Unidad de Víctimas, la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad y la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas y la JEP, a las que además se han vinculado 66 estudiantes en pasantía.

    En el especial “La paz en Colombia: de los escritorios a los territorios”, usted encontrará videos, podcast, galerías fotográficas y artículos. Conózcalo este domingo en: https://unperiodico.unal.edu.co/