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Economía y Organizaciones

¿Está sobrevalorada la experimentación en la economía del desarrollo?

    La experimentación en el campo de la economía del desarrollo se convirtió en una práctica hegemónica para validar políticas públicas, lo que estaría sesgando algunas visiones y soluciones a problemas coyunturales.

    Así lo expresa el filósofo Julián Ortiz Duque en su tesis “Un estudio crítico de la experimentación en la economía del desarrollo”, con la que obtuvo su Maestría en Ciencias Económicas en la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), y quien considera que aún persiste la idea de que la economía puede entregar explicaciones y encontrar soluciones sin salirse de sus propias fronteras disciplinares.

    La economía del desarrollo es el conjunto de prácticas públicas y privadas que promueven el progreso de un país o de una región, favoreciendo la propensión a invertir, innovar, emprender, formarse y trabajar. Para ello aplica o utiliza herramientas de análisis macro y microeconómico.

    Uno de los planteamientos más críticos del magíster Ortiz en su trabajo es que “la cientificidad de la que presumen algunos investigadores en experimentación económica se viene abajo cuando se niegan a validar los datos desde otros puntos de vista”.

    “Algunos agentes no quieren entrar en discusión con prácticas que no sean experimentales y eso significa negarse a corregir el método cuando los problemas lo demanden”.

    “Algo primordial en las ciencias es estar abierto a la posibilidad de cambiar de perspectiva y, llegado el caso, reajustar lo que se venía experimentando; pero lo que hemos visto en la experimentación para la economía del desarrollo es que los investigadores toman pocos riesgos y quedan atrapados en el estándar de la economía y sus metodologías. Entonces, pareciera que trabajan más a partir de una ideología que de un enfoque plenamente científico”.

    En particular, en su trabajo hace una crítica constructiva sobre la excesiva confianza que se le ha otorgado a la evaluación Randomized Controlled Trial (RTC) (prueba controlada aleatorizada), un tipo de experimento científico usado para conocer el efecto que tienen determinadas decisiones sobre una población, y que consiste en comparar cómo se comportan dos grupos de población cuando cambia una variable en uno de ellos.

    Por eso segura que “las evaluaciones aleatorizadas están en auge hoy. La evidencia provista por ellas goza de una creciente popularidad y credibilidad. Como método, forman parte indispensable del repertorio de mediciones de las instituciones formuladoras de políticas públicas, formen o no parte del Estado”.

    Este método, ahora popular en la economía experimental, tiene su origen en otras disciplinas, como la medicina, en la cual se usa, por ejemplo, para saber qué efecto tendrá un medicamento en un grupo de personas frente a otro grupo que no lo usa o al que se le suministra un placebo.

    Precisamente uno de los problemas que el magíster Ortiz identifica en su tesis es la actual supremacía de las RCT sobre otras formas de investigación, lo que considera puede traer consecuencias graves para la disciplina económica, en la medida en que esa corriente predominante es insuficiente y no está pensada para explicar y dar soluciones a los grandes problemas del país.

    “Los desafíos centrales de desarrollo de países como Colombia son más o menos ignorados al usar la RCT, pues este método sirve para atender problemas pequeños solucionables con inversiones no muy grandes de dinero y pueden ser bien evaluados; pero cuando se trata de temas coyunturales, como los planteados en la pasada campaña presidencial, se dejan de lado por este enfoque económico hegemónico”, indica.

    La tesis hace además énfasis en un asunto: aunque la RCT da ciertos resultados de alta calidad, estos no son generalizables hacia el futuro porque se estaría poniendo en riesgo el rigor metodológico.

    “En muchas instituciones la usan porque está de moda; por ejemplo, en el Departamento Nacional de Planeación la mayoría de los funcionarios se familiarizaron con esos experimentos y asumieron que era la única forma de evidencia para reconfirmar la efectividad de las políticas implantadas”, enfatiza.

    En su opinión, “varios de esos enfoques son problemáticos son dentro de la economía que un profesional en esta áreas simplemente pasa por alto, puesto que hay una tendencia a asumir la teoría económica más o menos como llega. De ahí el valor de la mirada interdisciplinar para ajustar esas miradas”.