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Política y Sociedad

"Está mal decir que Colombia es un país de población vieja?

  • El censo de 2018, realizado por el DANE, arrojó que el 26,1 % de la población tiene edades entre los 14 y los 18 años y el 16 % está entre los 18 y los 26 años. Foto: Agencia de Noticias - Unimedios

  • Las migraciones rural-urbana presionan las bajas de la fecundidad, ya que en un espacio rural tener hijos significa tener fuerza de trabajo. Foto: Nicolás Bojacá - Unimedios.

  • La revolución comunicativa les dio a las mujeres y a las parejas la posibilidad y la ilusión de viajar, considerando no tener hijos. Foto: Agencia de Noticias - Unimedios

  • Según el censo, el 9,1 % de la población colombiana es mayor de 65 años. Foto: Nicolás Bojacá - Unimedios.

  • Desde los años sesenta las mujeres decidieron terminar su bachillerato, ingresar a las universidades y aplicar al campo laboral. Foto: Agencia de Noticias - Unimedios

La profesora Nubia Yaneth Ruiz, asociada al Departamento de Sociología de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), considera que el país tiene un bono demográfico joven con una capacidad productiva y económica activa, pero que necesita garantías de empleabilidad, educación y salud, entre otras, para envejecer con mejor calidad de vida.

El censo de 2018, realizado por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), arrojó que el 26,1 % de la población está entre los 14 y los 18 años; el 16 % entre 18 y 26 años; el 9,1 % es mayor de 65 años, y el 8,4 %, de 0 a 5 años.

Precisamente uno de los datos más reveladores presentados ayer por el director del DANE, Juan Daniel Oviedo, es que por cada 100 jóvenes de 15 años se calculan 40 personas mayores de 65 años. También informó que en la actualidad hay 48,2 millones de habitantes en Colombia.

Para la docente, doctora en Demografía de la Universidad de Barcelona, lo que indica esta información es que la población ha empezado a sobrevivir más de lo esperado, y que los jóvenes aplazan o detienen su proceso de fecundidad.

"Los datos se deben ver como una oportunidad; la información permite que las políticas públicas y privadas "sobre todo en educación y salud" tengan un mejor direccionamiento, buscando además mayor efectividad", señala.

Se esperaría que el Estado prenda las alarmas y revise sus políticas de seguridad social, pero no revirtiendo derechos sino estableciendo la posibilidad de establecer, por ejemplo, una pensión obligatoria para los mayores de 65 años, ya que cuando el Estado se desprende de esa responsabilidad el envejecimiento empieza a ser un problema para la sociedad.

"El país no se va a empobrecer más porque haya más población adulta. El impacto económico que debería tener es pensar cómo se va a brindar mejor calidad de vida a las personas de la tercera edad", indica la investigadora.

En ese sentido, cita el ejemplo de países como Alemania, España, Japón e Italia, que aunque tienen procesos de envejecimiento más acelerados que el colombiano, siguen siendo economías sólidas gracias a que también tienen sólidas políticas económicas, sociales y de migración.

Baja tasa de natalidad

Para la docente Ruiz, los resultados del censo se deben a factores como el conflicto armado, la pobreza, el desplazamiento, el hacinamiento en las grandes ciudades o la falta de un sistema de seguridad social más eficaz, entre otros. "El Estado no tiene políticas que garanticen una óptima calidad de vida en temas como educación, alimentación y salud".

Otro factor son los procesos de urbanización, puesto que "las migraciones rural-urbana presionan las bajas de la fecundidad, ya que las personas consideran que tener hijos en la ciudad es costoso, mientras que en el campo significan fuerza de trabajo, mano de obra temprana que va a producir".

Lo anterior, además de cuestiones culturales, explicaría por qué en los resultados del censo los departamentos con mayor porcentaje de población joven "entre los 15 y 29 años" son Amazonas, Putumayo, Guainía, Vichada, Guaviare y Arauca, y que, en términos generales, el 77,1 % de los colombianos habita en las cabeceras municipales, el 15,8 % están asentados en lo que se conoce como "rural disperso" y el 7,1 % en los "centros poblados".

No obstante, indica que estos resultados exigen una mirada particular sobre los territorios, ya que algunas tasas de fecundidad rural han bajado significativamente porque la población joven ha desaparecido: "hoy en el campo habitan poblaciones mayores o niños, los hijos de sus hijos que se fueron, pero personas jóvenes en edad reproductiva son cada vez menos".

Otro de los factores es la masificación de la educación hacia el grupo de población femenina, ya que la perspectiva de acceder a espacios laborales ha hecho que ellas aplacen su fecundidad, pasando de una edad promedio para tener hijos de 19 a 25 años.

"Con esto no quiero decir que la fecundidad adolescente ha disminuido, lo que quiero decir es que ha entrado en otra lógica ligada a su vida urbana, lo que significa que las jóvenes en espacios urbanos tienen otras expectativas de estudiar y trabajar. Además el acceso a los métodos anticonceptivos tiene una importante relación con la decisión de ser madre o no, una realidad que se empezó a ver a partir de los años sesenta y que hizo que las mujeres sintieran cierta libertad para ingresar al ámbito laboral, para terminar sus estudios de bachillerato e ingresar a las universidades, reduciendo significativamente las tasas de fecundidad en las áreas urbanas", señala la investigadora.

Otro concepto de familia

En cuanto a la reducción en el número de hijos por familia, considera que este es un fenómeno del siglo XXI, ligado a procesos como la revolución comunicativa que le da a las mujeres y a las parejas la posibilidad y la ilusión de estar conectados con el mundo, de que es posible salir, de pensar que si se reduce o se deja de tener hijos pueden tener una posibilidad mejor, incluso, fuera del país.

"Colombia es un país que exporta población joven, el conflicto armado hizo una tarea enorme que también tiene que ser tenida en cuenta en el análisis de las bajas de fecundidad, por ejemplo, el desplazamiento forzado de la población rural obliga a las mujeres a dejar de tener hijos cuando migran a las zonas urbanas", indica.

Para la experta, los datos del censo con respecto a la población joven le exigen al Estado mayores esfuerzos para evitar que esta migre: "es importante que tengan empleo, pero también que puedan acceder a un proyecto de seguridad social y de salud que permita construir otro tipo de sociedad colombiana".