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Artes y Culturas

Espiritualidad y arquitectura se entretejen para mantener vivas las tradiciones awá

    La propuesta de construir un lugar simbólico y comunitario como la “Casa del saber Awá” –una mezcla entre casa del pensamiento, armonización y compartir de saberes–, surge de la necesidad de lograr un encuentro entre la participación de la comunidad y el compartir de conocimientos ancestrales del pueblo indígena Inkal Awá, que significa “gente de la montaña”.

    Este gran pueblo se ubica en la subregión de Telembí, entre el suroccidente de Colombia y el noreste del Ecuador, coincidiendo con uno de los corredores naturales con mayor biodiversidad del mundo: el Chocó biogeográfico, y la llanura del Pacífico.

    La iniciativa forma parte del trabajo de grado “Tejiendo raíces del saber Awá” desarrollada por Evelin Sofía Garrido Ruales, estudiante de Arquitectura de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Bogotá a través del Programa Especial de Admisión y Movilidad Académica (Peama). Este proyecto cuenta con el acompañamiento de la Sede Tumaco en el marco del programa “Plan Retorno”, y del arquitecto Ángelo Páez Calvo como director del trabajo de grado.

    La propuesta de diseño se proyectó a partir de la solicitud de las autoridades del Cabildo Mayor Awá de Ricaurte (Camawari) donde inicialmente se planteó realizar un diagnóstico de los centros educativos existentes en los resguardos indígenas del municipio de Ricaurte. Sin embargo, por la compleja situación de orden público que se vive en estas comunidades, afectadas por la permanente presencia de grupos armados ilegales, debió replantearse, y así nace como alternativa la idea de construir la “Casa del saber Awá”.

    Este es un espacio de encuentro de la comunidad y sus saberes, con un diseño arquitectónico que contempla el uso de técnicas y materiales de construcción sostenibles y amigables con el medioambiente como la guadua y la chonta (que se obtiene de la palma de gualte) y que reemplazan materiales tradicionales como las especies de árboles maderables afectados por la alta deforestación.

    Para los Awá es muy importante proteger el ecosistema porque es un espacio de conservación integral y cosmogónica construido desde lo propio, por eso o se están reforestando zonas afectadas con el cultivo de estas plantas, en proyectos de la misma comunidad, como interpretación de las necesidades sociales.

    Cabe resaltar que la presencia de cultivos ilícitos está arrasando con una sección importante de los bosques colombianos y de especies maderables, considerados como la materia prima de las casas de los indígenas Awá (árboles de chanul, cedro costeño, guayacán y comino) y que en la actualidad son reemplazados por materiales como concreto, plástico y zinc, lo que implica la contaminación tanto del suelo, el agua y el aire como de la misma comunidad.

    Pensando en su cosmovisión

    A diferencia de la vivienda Awá, que tiene una arquitectura sencilla representada por una habitación grande de forma rectangular, asentada sobre cuatro pilares, con cerramientos en chonta o guadua, y la estructura de la cubierta tejida con hojas de bijao, similares a las hojas de plátano, en la “Casa del saber Awá” se ubicarán estos mismos 4 pilares que, según la cosmovisión representan: unidad, territorio, cultura y autonomía.

    Otro aspecto muy importante es el escenario de la casa cuyo piso es a base de palma de gualte, pues es en esta dimensión en donde se analizan diversos aspectos relacionados con etnoeducación, salud, cultura, planes de vida y liderazgo, transmisión oral de costumbres y tradiciones, lo que permite la existencia del pueblo indígena Ɨnkal Awá.

    Dos tipos de tejidos empleados en la elaboración de la higra y el canasto serán la base para realizar el cerramiento y los interiores de la casa. Estos representan el conocimiento artesanal que se transmite comparte oralmente de generación en generación, además de ser un producto que integra elementos de la naturaleza y los conocimientos ancestrales aplicados desde el momento de la recolección, cultivo de la fibra, las fases lunares y la presencia del cueche (arco iris) que representa una creencia de la cultura hasta la terminación de la construcción de la casa.

    Actividad participativa

    La puesta en marcha de la construcción de la “Casa del pensamiento Awá”, además de tener un diseño participativo, es un compartir de saberes donde se transmite conocimientos ancestrales como la elaboración de artesanías propias y en ellas está inmersa la espiritualidad de este pueblo indígena donde se mantiene vivos a los abuelos sabedores, mayores, mayoras y padres de familia, pilares fundamentales de la identidad cultural Awá.

    Reconocer la espiritualidad en los diseños arquitectónicos de la “Casa del saber Awá” como en las artesanías propias del pueblo, es fortalecer la tradición de los ancestros en la conservación y trasmisión de los saberes propios que no sean olvidados o desconocidos por las nuevas generaciones y evitar que la aculturación, globalización y otros factores afecten el sano convivir con la naturaleza y la comunidad.