Escuela Agrobiológica gana premio Halcón de Oro por transformar la ruralidad del Valle del Cauca
Desde su creación en 2016, tras la firma del Acuerdo Final de Paz, la Escuela Agrobiológica de la UNAL Sede Palmira ha trabajado por fortalecer la educación rural –mediante la integración de saberes técnicos y científicos, como la implementación de huertas escolares, sistemas de riego, conservación de suelos, seguridad alimentaria, control biológico, paisajismo, arborización, agricultura con drones y manejo de aguas y saneamiento– en 14 instituciones educativas de los municipios de Guacarí, Costa Rica, Ginebra, La Cumbre, Bolívar, Palmira y Pradera.
Esta iniciativa se mantiene gracias al compromiso de estudiantes y docentes de diferentes programas universitarios, quienes participan voluntariamente sin recibir créditos académicos ni remuneración económica, pero sí una experiencia social enriquecedora. Actualmente la Escuela se compone de 46 jóvenes que se organizan a través de convocatorias internas y se dividen las tareas según los intereses, conocimientos y habilidades, impulsados por un profundo deseo de “servir, ayudar y aprender”.
Para su creador, el ingeniero agrónomo y profesor Manuel José Peláez Peláez, “este esfuerzo ha fortalecido las capacidades educativas de los entornos rurales y le ha permitido a la UNAL salir de las aulas de clase y difundir el conocimiento científico, tecnológico y técnico en la nueva ruralidad”.
Ejemplo de ello es el Colegio Francisco Antonio Zea, ubicado en Pradera, un municipio PDET (Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial) en donde implementaron las huertas escolares y aprendieron a hacer los filtros para tratar el agua, ya que en muchos casos no es potable. Allí, la mayor parte de la población estudiantil proviene de familias campesinas de la zona pacífica del Cauca y Chocó. El 80 % es afrocolombiana y un 10 % pertenece al resguardo indígena kwetwala (piedra grande).
“Gracias a las enseñanzas de la Escuela Agrobiológica aprendimos sobre arborización y jardines, logrando sembrar cerca de 60 árboles alrededor de toda nuestra Institución. El programa Huertas para la salud nos enseñó la importancia de la seguridad alimentaria en nuestras vidas: cultivamos y cosechamos habichuelas, pepino, pimentón, tomate, zanahoria, al igual que hierbas medicinales como la albahaca, el orégano y la manzanilla”, expresó en su discurso una de las estudiantes durante la emotiva ceremonia en la que 70 bachilleres fueron certificados en extensión rural.
Los jóvenes también aprendieron a producir lombricompost y a aprovechar los residuos orgánicos del restaurante y de sus casas para elaborar compost. Fabricaron insecticidas y fertilizantes 100 % orgánicos y desarrollaron un sistema casero de filtración de agua con materiales asequibles para mejorar la calidad en sus comunidades.
La postulación al premio Halcón de Oro fue liderada por dos estudiantes de décimo semestre de Ingeniería Agronómica de la UNAL Sede Palmira: Carmen Yuliana Gómez Martínez y Yarold Esteban Perilla Bohórquez, quienes realizaron la ponencia en representación de la Escuela Agrobiológica y destacaron los logros alcanzados en sus ocho años de existencia, en los que ha buscado arraigar a las juventudes rurales en sus territorios y promover su compromiso con la agricultura sostenible.
“La escuela ha transformado mi vida, me ha ayudado a desarrollar mis capacidades, liderar grupos grandes, establecer también comunicación con los bachilleres y lo más bonito es ver cómo estos jóvenes han tenido una motivación para seguir estudiando para sacar adelante sus proyectos y cómo deciden cuidar sus recursos naturales”, señala la estudiante Gómez.
Por su parte, el estudiante Perilla manifiesta que “lo que hace diferente a la Escuela es que todos somos jóvenes y al transmitir nuestras experiencias hacia otros jóvenes, por lo general somos bien recibidos, nos comunicamos de manera más afín y eso nos permite comprender mejor lo que ellos piensan de su futuro, de su vida, y asimismo podemos ayudarlos a tomar la decisión de luchar por su territorio, por su finca, por su casa, por su familia. Personalmente me ha enseñado a ser un profesional íntegro”.
Este proyecto ha trascendido el Valle del Cauca con el estudiante Iván Darío Peña Gafaro de la Universidad de Pamplona –donde tuvo sus inicios la Escuela Agrobiológica con el profesor Manuel Peláez– ya que logró obtener un reconocimiento en la categoría de “Investigación, Ciencia, Tecnología e Innovación” en la Gala de los Mejores de esa universidad, gracias a dos artículos científicos sobre la creación y evolución de la Escuela presentados en congresos nacionales e internacionales.