El investigador Cristhian Jarri Bayona, doctor en Biotecnología de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), sostiene que a pesar de la estigmatización que tiene la palma como cultivo altamente demandante de agua (6 mm), los máximos consumos promedio diarios de la especie no son mayores a 1,5 mm (105 litros palma-día).
A partir de esta investigación, desarrollada en una plantación del municipio de Paratebueno (Cundinamarca), se indagó sobre el consumo de agua por parte de la palma, el impacto de la época seca sobre el cultivo y cómo discriminar cultivares con tolerancia al déficit hídrico.
"Colombia es el cuarto productor de aceite de palma del mundo, con una participación del 2,4 %, y se espera llegar a un 9 % a mediano plazo, lo que ha llevado al gremio palmicultor colombiano a impulsar el incremento de la productividad mediante estrategias que permitan superar las problemáticas del cultivo", señala el investigador.
Entre las limitaciones ambientales está el déficit hídrico, con un efecto marcado en la productividad que, sumado al cambio climático y al aumento de zonas en proceso de desertificación, vislumbran un escenario crítico para la agricultura, razón por la cual fue necesario determinar si existen cultivares comerciales con tolerancia al déficit hídrico se que puedan sembrar en zonas con condiciones limitantes de agua.
En la mayoría de las regiones donde se cultiva la palma de aceite se presentan periodos secos a lo largo del año, los cuales pueden durar de 3 a 8 meses según las condiciones climáticas propias de cada región. A excepción de la zona suroccidental, estos periodos secos influyen sobre la producción de la palma de aceite, reduciéndola significativamente.
En ese sentido, se evaluó la respuesta en palma adulta y con 9 de los cultivares comerciales más sembrados en Colombia de la especie Elaeis guineensis y 2 cultivares del híbrido OxG de Agrosavia, y se observó su comportamiento en dos épocas del año.
Elaeis guineensis, una planta propia de la región tropical calurosa, crece a altitudes por debajo de los 500 msnm, es la especie que produce mayor cantidad de aceite por unidad de superficie, alcanzando rendimientos de 3 a 10 toneladas de aceite por hectárea/año, razón por la cual se ha catalogado como el cultivo económicamente más promisorio para América.
Características como un incremento en azúcares, mantenimiento de altas tasas de fotosíntesis y de transpiración y una alta eficiencia del uso del agua durante la época seca fueron los parámetros para establecer los cultivares de palma de aceite con mejor aclimatación a la falta de agua en las condiciones de la zona central.
"Una vez comprobado que existía una respuesta diferente por los genotipos al déficit hídrico, se sometieron 11 cultivares comerciales de palma de aceite a 4 tensiones hídricas del suelo, para seleccionar los cultivares tolerantes al déficit hídrico", explica el investigador.
De este proceso se determinó que las plantas jóvenes tuvieron efectos negativos con los diferentes niveles de estrés; incluso para algunos cultivares el estrés más severo propició el marchitamiento de las palmas.
"La respuesta del potencial hídrico foliar, el intercambio de gases y la acumulación de azúcares se mantuvo en las palmas jóvenes siendo una forma indirecta de comprobar una respuesta sostenida en estados de desarrollo", comenta sobre las variables que funcionaron para escoger cultivares con déficit hídrico, lo que permitió desarrollar una metodología de selección temprana de cultivares de palma de aceite con tolerancia al déficit hídrico.
Los cultivares comerciales IRHO 7001 e IRHO 1001 fueron aquellos con mayor grado de tolerancia al déficit hídrico y debido a esta característica tienen alto potencial para ser sembrados en zonas de Colombia donde se presenten bajas precipitaciones.
"El desarrollo de este trabajo abrió la puerta para la investigación de mecanismos moleculares que permitirán discernir los genes asociados con la tolerancia al déficit hídrico en palma de aceite y su uso potencial en la generación de organismos genéticamente modificados", concluye el investigador.