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Política y Sociedad

¿Es necesario regular las redes sociales y a sus dueños?

    “Regular es conversar”, con estas palabras inició el foro “Plataformas digitales: usos, regulación, circulación de sentidos”, que busca poner sobre la mesa el debate sobre si las plataformas digitales –como las redes sociales Facebook, Twitter o TikTok– se deben regular teniendo en cuenta los discursos e imaginarios puestos allí y su impacto social, y también a quiénes se debe regular y por qué.

    Al foro, organizado por el Centro de Pensamiento TIC, Nuevos Medios y Brecha Digital, de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), se dieron cita diversos expertos en el tema de la regulación de las plataformas digitales, la libertad de expresión y la creación de sentidos e imaginarios en las redes sociales.

    El profesor uruguayo Gustavo Gómez, quien fuera asesor del expresidente Pepe Mújica y hoy director ejecutivo del Observatorio Latinoamericano de Regulación de Medios y Convergencia, fue uno de los principales invitados, y empezó respondiendo la pregunta: ¿se pueden regular las redes sociales?

    “Sí es posible, y surgen otras preguntas como: ¿por qué no habría de serlo si es un sector de la economía relevante que permite el desarrollo de derechos, trabajo o comercio?, ¿cuáles plataformas digitales? Esto depende de cada servicio, son muy distintos en contenido, derechos y otras cosas, no hay posibilidad de regular internet en su totalidad, y es importante poner el foco”, señaló.

    Dijo también que “en este momento no se discute si hay que regular a Facebook, Twitter o Google, y esto se puede ver con los debates que se plantean desde la Unesco para producir una guía sobre cómo reglar las plataformas; en Sudamérica estamos atrasados en este debate frente a Europa, por lo que hace falta trabajar más a fondo en el tema”.

    El profesor Gómez considera que la siguiente pregunta sería: ¿a quienes se debe regularizar? para él, “la mayoría de los proyectos de ley que se adelantan en la región ponen el acento en el usuario, el ciudadano, lo cual es relevante por casos de censura a la libertad de expresión, la diversidad de opiniones, o afectaciones a la democracia, entre otras, pero también se debe considerar seriamente a los dueños de esas plataformas, que son enormes corporaciones internacionales capaces de decidir sobre lo que se ve y lo que no se ve”.

    Para seguir la conversación, Jonathan Bock, director de la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP), habló sobre los discursos en torno al periodismo ciudadano y al papel del periodismo en general.

    “Es importante preguntarse cuál es el papel que siguen teniendo las redes sociales como una fuente de difusión de información en Colombia. Recordemos que en 300 municipios no existen medios de comunicación locales, y en otros 300 hay medios pero no producen información local, por lo que las redes sociales suplen de alguna manera estas necesidades”.

    Según el experto, “esto es algo que muchas veces no se ve en las grandes ciudades y que se hace importante porque las redes se convierten en el impulsor de nuevos medios de difusión, como en el paro nacional de 2021, que significó una explosión de periodismo ciudadano que relató lo que no se contaba en medios tradicionales”.

    “Mirando el marco normativo colombiano, no hay instituciones o un desarrollo legal que haga referencia a qué se entiende por ‘discurso de odio’ en entornos digitales, ni que esté al monitoreo del contenido; sin embargo, sí ha habido prácticas como la que ocurrió en el paro de ese año, que fue el ciberpatrullaje, una serie de actividades irregulares porque eran funcionarios y fuerza pública categorizando lo que consideraban como falso o verdadero en torno a su imagen”.

    Alejandra Arenas, funcionaria de la Comisión de Regulación de Comunicaciones (CRC), otra de las panelistas invitadas, se refirió a la discusión sobre si en efecto los usuarios están cambiando sus opciones de uso de dispositivos hacia lo digital.

    “Desde 2016 hemos detectado que se ha disminuido el uso de la telefonía móvil, dándole mayor importancia a la mensajería tanto de voz como escrita en redes sociales, y además es indiscutible el aumento de plataformas de streaming comparado con la televisión análoga y el consumo de emisoras de radio, que se ve marcado por las diferencias de edad de los usuarios”.

    El profesor Armando Silva, del Instituto de Estudios en Comunicación y Cultura (IECO) de la UNAL, habló sobre el entendimiento de las redes sociales durante la pandemia, en las cuales el único contagio no fue por el virus biológico, sino también por aquel de naturaleza digital”.

    “Durante la pandemia se evidenció que lo imaginado supera lo real y que existen tres niveles en los que hay que pensar en lo ocurrido: (i) el biológico, que es el virus real, (ii) el imaginado por la sociedad, que se va construyendo, y (iii) el mediático, en el cual se hace presente el miedo, y las redes sociales son un medio para la expresión de discursos cuya velocidad deber ser vista con cautela”, manifestó.