El extraño evento, que se registró el 27 de junio en la tarde y volvió a presentarse esta semana, consistió en una concentración inusual de partículas en el aire que puso en alerta a las autoridades ambientales del área metropolitana del Valle de Aburrá.
Lo que inicialmente se creyó era contaminación, en realidad eran partículas de polvo del desierto del Sahara, provenientes del continente Africano, que atravesaron el Atlántico hasta interceptar parte del territorio colombiano.
Así lo determinaron investigadores del GLEO y del Laboratorio de Calidad del Aire, junto a expertos del área metropolitana del Valle de Aburrá, del Sistema de Alerta Temprana (Siata) y de otras universidades que hacen parte de Red Aire.
Al respecto, el profesor y director del GLEO, Álvaro Bastidas, explicó que la acumulación de partículas fue registrada el 27 de junio del presente año de manera simultánea, mediante los siguiente sistemas de sensado remoto atmosférico que monitorean constantemente la atmósfera de la región: Lidar (adscrito al Global Atmosphere Watch y a la Red de Sistemas Lidar de Lationoamérica), un fotómetro solar CIMEL, de la Red NASA-AERONET; y un equipo de recolección de partículas PM2.5.
Gracias a la sinergia e intercomparación entre los resultados de estos tres instrumentos fue posible establecer que la acumulación de partículas sobre Medellín, además de las concentraciones urbanas típicas, contenía un gran porcentaje de polvo mineral.
El reto para el GLEO fue la determinación de la procedencia de dicho polvo mineral.
En ese sentido, fue necesario utilizar el modelo de Hysplit de la NOAA (National Oceanic and Atmospheric Administration) que permitió determinar las retro-trayectorias, el origen y la evolución del material particulado en un contexto global. Como complemento, se contó con el apoyo de los mapas satelitales obtenidos mediante el modelo MACC (Monitoring Atmospheric Composition and Climate), cuyos resultados aseguran que el polvo en mención corresponde a una fina arena proveniente del desierto del Sahara.
Este fenómeno de transporte de arena está asociado a la generación de las llamadas "ondas del este" en el continente africano, debido a la temporada de huracanes en esta época del año.
Las ondas se pueden propagar a través del Océano Atlántico Norte hasta el continente americano. Normalmente la trayectoria de estas se realiza a 10° de latitud norte.
Sin embargo se pueden presentar alteraciones, como las ocasionadas por las modificaciones atmosféricas a costa del fenómeno de El Niño, presente en esta temporada.