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Enfoque territorial en educación superior debe reconocer diversidad y contexto de los pueblos indígenas

    “Es necesario que el territorio se reconozca como el espacio en que sus habitantes planeen cómo debe ser su educación y su dinámica cultural”, así debe ser el enfoque territorial en educación superior según el politólogo Óscar David Montero de la Rosa, líder indígena del pueblo kankuamo de la Sierra Nevada de Gonawindua.

    Durante su participación en la penúltima sesión del “Ciclo de Conversaciones 2023 Al Habla: Avances, retos y perspectivas para el mejoramiento de la educación superior”, que en esta ocasión se centró en el enfoque territorial, el experto manifestó que “se trata de lo que la gente busca, quiere construir y explorar en su cotidianidad, pero mirándose también en un mundo globalizado, es decir, se debe pensar el territorio desde lo local, pero también desde lo macro”.

    Así mismo, durante el evento, organizado por la Universidad Nacional de Nacional (UNAL) esta vez en la Sede de La Paz, el politólogo hizo referencia al, según él, mal utilizado concepto de “inclusión” cuando se hace referencia a los pueblos indígenas, puesto que su necesidad es que los reconozcan teniendo en cuenta sus diversidades y contexto.

    “En el país habitamos 115 pueblos indígenas, que también somos ciudadanos de este país, y que incluso ya habitábamos este territorio antes de que Colombia existiera; por tanto, lo que queremos es se tengan en cuenta los aportes del movimiento indígena. No necesitamos que nos incluyan, porque no estamos fuera de nada, necesitamos que nos reconozcan”, amplía.

    Con respecto a los saberes ancestrales manifestó que desde el ámbito académico todavía existe un “racismo epistémico”, al pensar que solo el conocimiento o el saber verdadero es el que produce la academia y la ciencia occidental. “El territorio tiene conocimiento y vida. Su gente tiene saberes milenarios que también están disponibles para la humanidad, y que también ayudan a resolver y transformar realidades en el país”.

    Otro invitado al evento fue Daniel Roberto Vega Torres, doctor en Ciencias Sociales y docente de la UNAL Sede de La Paz, quien habló sobre el Plan Rural de Educación Superior de 2018, el cual parte de la necesidad de fortalecer las capacidades en los territorios para promover el desarrollo como eje central para superar la inequidad social del país, para lo que propone aproximaciones con enfoque territorial que permitan formular e implementar estrategias apropiadas a los diversos contextos del país.

    “Es clave desde la educación superior pensar la puesta pedagógica que se adapte al contexto, a las características de la población, a los tiempos, recursos y prácticas mismas que se desarrollen en las zonas rurales, en miras a un aprendizaje óptimo desde los conocimientos previos”, sustentó.

    Según el académico, “es urgente pensar en el acceso, no solo desde la infraestructura, sino también desde la comprensión de los aspectos culturales, sociales, de organización política y desde el desarrollo de confianzas de alianzas que se puedan tener como parte de una dinámica social en los territorios”.

    También concibe la importancia de fortalecer el desarrollo territorial para la paz. “Aquí reconocemos los derechos étnicos, la rectificación de los derechos de los campesinos o las diferentes formas en que se comprende la paz desde los territorios y cómo las implicaciones de la Universidad permiten tener una responsabilidad social y política en acompañar ese tipo de procesos más allá de lo formativo, en la transformación social para el cumplimiento de los acuerdos”, recalcó.

    A su turno, María Angélica Acosta Gutiérrez, docente de la Universidad Popular del Cesar y magíster en Educación, manifestó que “lo pluriétnico debe reconocer no solo a las poblaciones indígenas, campesinas y afro, sino al conjunto de la sociedad sin distinción”.

    “Se debe reconocer esa diversidad cultural en el salón de clases, ligado al reconocimiento de las diferencias entre lo rural y lo urbano, que nos llevará a repensar una educación basada en el enfoque territorial”, afirmó.

    Para la docente, “universidades, profesores y administrativos trabajan para que la educación que se brinde sea de calidad con justicia, equidad, basada en el enfoque territorial, respondiendo a las necesidades tanto de lo rural y de lo urbano, repensando por ejemplo los contenidos curriculares a través de la participación activa de la sociedad, del Gobierno y de las instituciones educativas en ese cambio (o aprender y desaprender)”.

    El “Ciclo de Conversaciones 2023 Al Habla: Avances, retos y perspectivas para el mejoramiento de la educación superior”, organizado por la UNAL, finalizará el 16 de noviembre en Bogotá, con la sesión “Justicia social educativa en el marco del aseguramiento de la calidad de la educación superior”.