El zapallo Cucurbita moschata Duch, conocido en algunas regiones del país como calabaza, ahuyama o "gallina de pobre", es una de las hortalizas más importantes en Colombia, teniendo en cuenta que su área sembrada es de 3.600 hectáreas, con una producción que en el 2007 contabilizó 65 mil toneladas, según el Programa de Hortalizas de la Universidad Nacional de Colombia en Palmira.
Su importancia está definida por su versatilidad en el consumo humano, tanto en forma directa (sopas, cremas, dulces, purés y jugos), como indirecta, pues sirve de materia prima para la industria de harinas y deshidratados. Pero quizá lo más destacado es su alto contenido nutricional: almidones, proteínas y carotenos (sustancias que al ser consumidas se convierten en vitamina A), que la hacen un producto llamativo para el mercado internacional, especialmente en los países europeos y de Norteamérica.
Sin embargo, en campo, los problemas fitosanitarios de naturaleza fungosa (relacionada con hongos) se han acrecentado durante los últimos años en su cultivo, al tiempo que se hace intensivo su comercio.
Con el objetivo de identificar cuáles son los hongos que afectan de manera significativa las siembras de zapallo, Jacqueline Quiñones Hernández, ingeniera agrónoma de la UN en Palmira, con apoyo del profesor Sanín Ortiz Grisales, desarrolló durante dos años una investigación que le permitió reconocer diversas enfermedades fungosas y hallar el Nigrospora sp., un perjudicial hongo desconocido hasta ahora como causante de lesiones en las hojas del zapallo.
Las siete "plagas"
El estudio comenzó identificando en campo los hongos asociados a las enfermedades más frecuentes en lotes comerciales de zapallo, ubicados en el corregimiento El Bolo (municipio de Palmira), en la Granja Mario González Aranda (propiedad de la UN) y en el corregimiento El Carmelo (municipio de Candelaria).
Allí se recolectaron alrededor de 800 muestras de lámina foliar (haz y envés de las hojas) de las plantas con los síntomas típicos de una enfermedad fungosa, como son decoloración y resequedad.
Los fragmentos fueron transportados en bolsas individuales debidamente identificadas hasta los laboratorios de microbiología y fitopatología de la UN para adelantar el proceso de aislamiento de microorganismos fungosos.
"Les realizamos cortes del tejido foliar de aproximadamente 0,5 mm², tomados de la zona de transición entre el tejido sano y enfermo. Los desinfectamos por inmersión en solución de hipoclorito de sodio y alcohol al 70% durante un minuto", explica Jacqueline Quiñones.
Después de identificar los microorganismos, los científicos realizaron pruebas de patogenicidad para examinar si eran agresivos con la planta de zapallo.
"Para inocular cada uno de los microorganismos aislados, se introdujeron en cuatro plantas mediante una técnica denominada de punción, que consiste en realizar una herida en la lámina foliar de la planta con un alfiler para inyectar 1 ml de la suspensión fúngica en alta concentración", señala la investigadora.
Durante los análisis de laboratorio, los expertos encontraron en las tres zonas evaluadas siete graves enfermedades, cuyos hongos, llamados también agentes causales, fueron identificados como: Alternaria sp., Curvularia sp., Fusarium sp., Micelia sterilia sp., Oidium sp., Penicillium sp. y Nigrospora sp., este último nuevo para el zapallo.
Potente acción
Con la identificación e inoculación de los siete hongos causantes de severas enfermedades en los cultivos de zapallo, se determinaron también los síntomas que cada uno genera en los cultivos.
El hongo de mayor impacto es el Fusarium sp., responsable de una brusca marchitez en la planta que incluso puede causarle la muerte, pues corta transversalmente sus haces vasculares. Igualmente ocurre en el cultivo ya establecido, pues a medida que va avanzando la enfermedad, la hoja presenta clorosis (palidez), marchitamiento y un secamiento lateral (ver imagen 1).
Asimismo, Alternaria, Curvularia, Micelia, Oidium y Penicillium son potentes hongos que provocan la aparición de manchas amarillas y blancas hasta los tejidos más profundos de las hojas, secándolas definitivamente.
"Estas enfermedades interfieren en el desarrollo y producción de los cultivos, que en la mayoría de casos presentan síntomas reflejados en hojas, tallos y frutos", asegura el profesor Sanín Ortiz, director de la investigación.
El nuevo hongo llamado Nigrospora sp. ocasiona en las plantas lesiones cloróticas (cambios de color) y necróticas (muerte de células), que aumentan considerablemente de tamaño y se extienden desde los márgenes de la hoja hacia el centro, invadiendo significativamente el tejido.
"Este hongo aún no está reportado como patógeno para Cucurbita moschata Duch, pero en el análisis se encontró presente en altos niveles bajo condiciones de campo y demostró tener graves incidencias en las muestras de patogenicidad", agrega el docente de la UN (ver imagen 2).
Los investigadores señalan que el estudio sienta un precedente sobre las enfermedades del zapallo, y les abre el camino a los científicos del país para desarrollar productos fungicidas y controladores de plagas.
Sedes