En Tumaco avanza tercera Escuela de Gestores y Líderes que garantizará soberanía alimentaria

Se trata de la puesta en marcha de la primera fase del proyecto “Laboratorio de co-creación e innovación social para el fortalecimiento de comunidades del alimento en el municipio de Tumaco, Nariño”, dirigido por la profesora Zulma Dueñas, de la Facultad de Medicina de la UNAL Sede Bogotá. Este nació a partir de la iniciativa del semillero de investigación del OBSSAN con la intención de aportar en la reconstrucción del tejido social y la esperanza alimentaria en el territorio.

Aunque Tumaco cuenta con numerosas fortalezas –como su ubicación geográfica sobre el océano Pacífico y su diversidad biológica y ambiental–, también afronta un olvido histórico del Estado que se evidencia en la falta de vías, la carencia de servicios públicos y la limitada asistencia sanitaria, todo esto atravesado por un conflicto armado que suma varios años y en el que sus habitantes se han convertido en blanco de asesinatos, desapariciones y otro tipo de ataques.

Este desalentador escenario ha provocado un deterioro del tejido social, y por ende una ruptura de prácticas de cuidado que se reflejan tanto en las afectaciones medioambientales como en la calidad de vida de los tumaqueños.

Con actividades y talleres, entre otras acciones, la UNAL trabaja de manera conjunta con 15 lideresas sociales integrantes de la Asociación de Mujeres Canasteando del Bajo Mira y Frontera, y 15 integrantes del espacio de juntanza “Relación Vida Campo Poblado” (REVICAP).

Las lideresas del Bajo Mira y Frontera trabajan por la reivindicación de los derechos de las mujeres y la defensa de su comunidad, y en la actualidad realizan la sustitución de cultivos de uso ilícito por el cultivo de cacao.

Al respecto, María Mina, integrante de Canasteando, señala que “estamos en la Escuela de gestoras porque queremos cambiar esa forma de alimentación, y que en vez de traer alimentos de otros lugares, nosotros podamos cosecharlos y producirlos en el territorio, aprovechando nuestras prácticas ancestrales”.

“La apuesta es para que niños y jóvenes afro e indígenas sepan que tenemos plantas comestibles y que podemos utilizarlas”, agrega y destaca la labor de los integrantes de OBSSAN de la UNAL, como la nutricionista Leidy Benítez.

Hasta mediados de junio, los participantes de la Escuela se reunirán en el antiguo Hospital San Andrés de Tumaco con el objetivo de generar un espacio de formación y diálogo de saberes para fortalecer a Canasteando y a REVICAP en torno a la alimentación en Tumaco.

“Hasta el momento hemos aprendido, por ejemplo, qué propiedades y beneficios tienen las frutas y verduras como naranjas, mandarinas, nonis, tomate, cacao o borojó, cultivadas por nosotros. Con esta información podremos priorizar su consumo entre nuestra población”, anota María Mina.

Según la Encuesta Nacional de la Situación Nutricional (ENSIN, 2015), en el país la inseguridad alimentaria y nutricional en el hogar (INSAH) corresponde al 54,2 % y es mayor en Nariño, donde la cifra alcanza el 62 %.

Por otra parte, el panorama fue aún más desalentador en las comunidades indígenas y afrodescendientes, la cuales llegaron al 77 % y 68,9 % de INSAH respectivamente, dato alarmante por tratarse de dos grupos étnicos presentes en Tumaco.

Para mitigar este fenómeno, en el próximo semestre se implementará la segunda fase del proyecto, que se trata de la construcción de un laboratorio de co-creación que contribuya a la proyección de la autogestión económica que aporte al mejoramiento de la situación de inseguridad alimentaria y nutricional en el municipio.

Además, la UNAL generará un aporte de insumos para la consolidación de un consejo comunitario en el casco urbano de Tumaco, entre otras acciones.