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Ciencia y Tecnología

En laboratorio de la UNAL se crean células que servirían para diseñar vacunas contra el cáncer

    A diferencia de las terapias tradicionales contra el cáncer, como la quimioterapia y la radioterapia, las vacunas personalizadas se basan en estimular el propio sistema inmunológico del paciente. Las células que están creando científicos de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) permiten identificar con mayor precisión los antígenos que activan las defensas del cuerpo para atacar los tumores. Este desarrollo ofrecería nuevas posibilidades para tratamientos más específicos y eficaces contra esta enfermedad.

     

    Lo fundamental en ese proceso es identificar las mutaciones de cada tumor presentado por un primer tipo de glóbulo blanco, al linfocito T, un segundo tipo de glóbulo blanco especializado en detectar y destruir las células cancerosas que poseen estas mutaciones. Para eso se emplean herramientas bioinformáticas avanzadas mediante tecnologías computacionales para recopilar, almacenar y analizar datos e información biológica.

    Precisamente por ello el profesor Carlos Alberto Parra López, líder del grupo de investigación Inmunología y Medicina Traslacional de la Facultad de Medicina de la UNAL, trabaja en identificar neoantígenos tumorales, proteínas que surgen como resultado de mutaciones en el ADN de las células cancerosas. El objetivo es claro: hallar estas mutaciones en los tumores y diseñar vacunas personalizadas capaces de combatir el cáncer.

    Durante el evento UNAL Investiga 2024, organizado por la Vicerrectoría de Investigación de la Institución, el profesor Parra destacó que su equipo se centra en el cáncer de mama triple negativo, uno de los más agresivos debido a su rápido desarrollo y alta capacidad de diseminación. Este presenta un desafío adicional, ya que carece de receptores hormonales (estrógeno, progesterona y HER2), lo que lo hace resistente a terapias hormonales y dirigidas convencionales. 

    “El objetivo es generar de manera más eficiente células presentadoras de antígeno artificiales con el fin de seleccionar antígenos naturalmente procesados. Además buscamos mejorar in vitro el umbral de activación de linfocitos LT-CD8+ para detectar los linfocitos T del paciente antes de aplicarle la vacuna”, dijo. 

    Lo que han hecho en el laboratorio es crear células artificiales modificadas genéticamente para imitar el comportamiento de las células dendríticas, encargadas de presentar antígenos al sistema inmunológico.

    Un aspecto destacado de este proyecto es el uso de “minigenes”, pequeños fragmentos de ADN que permiten estudiar cómo se procesan los antígenos de manera natural dentro del organismo. Estos minigenes se insertan en las células artificiales para analizar su capacidad de estimular respuestas inmunológicas específicas.

    Ensayos en laboratorio

    Los ensayos realizados han demostrado que las células artificiales desarrolladas en el laboratorio son más efectivas en la activación de linfocitos T que los métodos tradicionales. En pruebas con muestras de sangre de pacientes, estas células lograron estimular una expansión considerable de las células inmunológicas específicas contra los tumores.

    “Mediante citometría de flujo, una técnica de laboratorio que permite analizar las características de las células en una muestra, es posible cuantificar el grado de estimulación inducido por estas células presentadoras artificiales a los linfocitos T presentes en la sangre del paciente”, manifestó.

    Además se identificó que las células artificiales inducen en los linfocito T citoquinas como el interferón gamma y el factor de necrosis tumoral, esenciales en la respuesta antitumoral. Estos resultados representarían un paso crucial hacia el diseño de vacunas personalizadas eficaces y seguras para la inmunoterapia del cáncer.

    “En nuestro laboratorio se están creando las células artificiales transfectadas con minigenes y se están utilizando en estudios preclínicos para tamizar neoantígenos con miras a diseñar vacunas personalizadas para la inmunoterapia del cáncer”, destaca el docente. 

    Los esfuerzos del equipo están respaldados por la financiación de una alianza entre la UNAL, la Fundación Salud de los Andes y el Ministerio de Ciencia Tecnología e Innovación. Los resultados forman parte de los trabajos de tesis de la Maestría en Inmunología de María Alejandra Villota y María Alejandra Alfaro. Según el profesor Clavijo, “la colaboración interdisciplinaria ha sido fundamental para el éxito de este trabajo”.